Mientras un hombre cree que cuando una mujer le sonríe es porque hay un interés, la mujer piensa que cuando él lo hace es solo por amabilidad.
Cuando una mujer charla con un hombre y se interesa en el tema, sonríe y es amable; sin embargo, el hombre cree que hay un interés sexual. Cuando un hombre se siente atraído por una mujer que acaba de conocer le muestra diversas señales pero lo que ella cree es que solo está tratando de ser amable. Esto se debe a que tanto hombres y mujeres malinterpretan las "señales" del sexo opuesto, así lo explica un estudio del Departamento de Psicología de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología.
“La aptitud reproductiva de un hombre, es decir, la cantidad de descendencia que produzca, depende del número de mujeres a las que es capaz de embarazar. Pero esa actitud no funciona para las mujeres”, explica Mons Bendixen, coautor del estudio. Sucede que el riesgo de un embarazo con el consecuente parto, lactancia y crianza del bebé, ha hecho que la psicología de la mujer evolucione a través de los años y por eso ponen la vara muy alta, lo que significa que ellas necesitan señales mucho más significativas que los hombres antes de considerar mantener relaciones sexuales.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores contaron con la participación de 308 personas heterosexuales (59% eran mujeres) con edades entre los 18 y 30 años. Cabe señalar que la mitad de las mujeres y un 40% de los hombres estaban en una relación sentimental. Todos los participantes fueron sometidos a un cuestionario sobre situaciones de flirteo, idéntico a uno realizado en Estados Unidos en 2003.
Los resultados, publicados en la revista 'Evolutionary Psychology', revelaron que tanto hombres como mujeres explicaban que sus señales sociales eran malinterpretadas por el otro, pero en el caso de los hombres, estos eran los que más veces malinterpretaban las señales.
“Los resultados no son una sorpresa, teniendo en cuenta la perspectiva evolutiva. Lo fascinante es que nuestros resultados son idénticos a los del estudio estadounidense, a pesar de que Noruega es uno de los países sexualmente más liberales del mundo. Esta conclusión desvirtúa teorías como la que dice que los roles sociales de hombres y mujeres en diferentes culturas determinan su psicología en estas situaciones”, aclara Bendixen.
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