La consola recibió sus primeras reseñas a días de su lanzamiento mundial y son alentadoras, aunque cortas por el momento.
Tal como sucedió con la Xbox Series X (y aunque no era algo seguro), la PS5 también fue entregada a distintos medios internacionales y el embargo ha terminado: ya sabemos los primeros análisis.
En términos generales, la consola asombra porque, a diferencia del modelo continuista de la Xbox Series X, esta da un aire de “futurismo”, algo que, para bien o mal, se ha implementado como su nuevo estándar.
Sin embargo, en forma, el tamaño gigante de la PS5 es un problema y no tienen reparos en decirlo.
Por fortuna, los tiempos de carga minúsculos gracias a la memoria interna SSD son una bendición que se aplauden y que los jugadores amarán desde los primeros juegos que prueben en ellos.
Pero, su principal ventaja está en la mano de los jugadores. Los controles hápticos DualSense hacen que todo cambie porque, además de las mejoras gráficas y de velocidad que tendrán, podrán “sentir” lo que está pasando en el juego. La tensión de tirar una flecha, la forma de agarrar un arma, incluso el cansancio de un jugador de fútbol, está pensando para hacer que el usuario tenga una experiencia única.
Pese a ello, las dudas iniciales están marcadas. Aunque tiene mejor panorama en el tema de exclusivos que la competencia, no tiene títulos fuertes de lanzamiento y, luego de probar algunas funciones como el Quick Resume de Xbox, se siente algo corto en el juego. Por otro lado, el almacenamiento interno expandible está bloqueado hasta nuevo aviso.
Los juegos se ejecutan más fluidos, se cargan más rápido y están acompañados de un nuevo controlador que te sumerge aún más mediante el uso de activadores adaptativos y vibraciones más sutiles. Por sí mismos, cada uno de estos elementos es una buena actualización de la PS4. Pero cuando los juntas, tienes una experiencia que califica como de próxima generación.
El problema es que no puedes ver a esta generación. Tienes que sentirlo.
Es una consola de videojuegos tan buena como nunca. La combinación de video de ultra alta definición, mayor velocidad de cuadros, técnicas gráficas de alta gama como el trazado de rayos y el SSD ultrarrápido lo hacen sentir como un verdadero sucesor de próxima generación de la PlayStation 4. Y si lo está. La PlayStation 5 ejecuta de manera confiable la gran mayoría de la biblioteca de PlayStation 4, y muchos de esos juegos reciben actualizaciones de fidelidad, velocidad de cuadros y tiempos de carga. Pero sería negligente ignorar todas las razones para no estar emocionado por la PlayStation 5.
Si bien algunos de los cambios en la interfaz de PlayStation 5 son frustrantes, son problemas que Sony puede solucionar en una pequeña supercomputadora que podría vivir junto a su televisor durante los próximos seis a ocho años. También espero que Sony lance una variante de controlador más pequeña o me permita usar mi DualShock 4 con juegos de PS5. Si bien depende de Sony aprovechar al máximo la consola al continuar con su legado de sólidos juegos propios, es difícil predecir si algunas de las características más ambiciosas (tarjetas de actividad y hápticos robustos) tendrán una adopción generalizada. Pero cada consola tiene sus experimentos, y estos son relativamente inertes. La PlayStation 5 no va a ser el alfa y el omega de su ecosistema de entretenimiento, pero hará que los juegos sean más rápidos, fluidos y llamativos, y eso es todo lo que realmente quiero de él.
Playstation 5 ofrece, gracias a un mando que destaca por capacidades que le son únicas, la posibilidad de que los exclusivos de la consola estén más diferenciados que nunca. Las posibilidades de inmersión y manejo son muy vastas, como ya hemos empezado a catar, y si Playstation sabe jugar bien sus cartas, DualSense puede convertirse en una extraordinaria puerta de entrada a la consola.
También se advierte un esfuerzo en hacer más asequible y sencilla la interfaz, y aunque aún hay dudas en torno al futuro de la retrocompatibilidad vía streaming y otras opciones -sin duda el único punto negro de la consola-, Sony tiene ante sí una potente máquina con la que deja clara su filosofía: ganarse al jugador no con un complejo ecosistema, asequible y versátil, sino con juegos espectaculares, uno detrás de otro. Es algo que se transmite hasta en la presencia física de la consola: despertará amores y odios, pero nadie puede negar que llama la atención.
La PS5 se lanzará en Estados Unidos, Japón, Canadá, México, Australia, Nueva Zelanda y Corea del Sur el 12 de noviembre, mientras que se lanzará en el resto del mundo el 19 de noviembre. La PS5 se venderá al por menor por 499. 99 dólares y la edición digital de PS5 (que no incluye la ranura para discos) tendrá un precio de 399.99 dólares.
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