La historia de la pequeña Sophia demuestra que los niños no nacen con prejuicios sobre raza y género.
Sophia es una niña blanca que defendió su elección de tener una muñeca negra. Su historia fue contada en Facebook y ha generado una ola de comentarios positivos por ser ajena a los prejuicios que existen en muchas sociedades. Ella tiene apenas dos años y vive en Carolina del Sur, Estados Unidos.
Brandi Benner le propuso a su hija Sophia que cuando cumpliese un mes usando el inodoro le haría un regalo especial que ella misma elegiría. Cumplido el reto, la madre llevó a su hija a una juguetería para que escoja la muñeca que más le guste. Y ella eligió.
Madre e hija fueron hasta la caja para pagar por el juguete y fue ahí donde ocurrió el aleccionador momento. La cajera de la tienda le preguntó a Sophia si estaba segura de la muñeca que había elegido. "Sí, claro", respondió la menor. Pero la empleada insistió: "Pero ella no se ve como tú. Tenemos un montón de otras muñecas que se parecen más a ti".
La respuesta. El juguete que tenía en brazos era una muñeca negra. Sophia se adelantó a su madre y le respondió a la cajera. "Sí nos parecemos. Ella es una doctora y yo soy una doctora. Y yo soy una niña guapa y ella es una niña guapa. ¿Ves su pelo bonito? ¿Y su estetoscopio?", dijo la niña de dos años.
Para ella el tono de piel no es importante, sino el valor emotivo que representa: la muñeca es una doctora y Sophia espera algún día también serlo. "Esta experiencia ha confirmado mi creencia de que no nacemos con la idea de que el color es importante. La piel viene en diferentes colores, del mismo modo que el cabello y los ojos, y todos los tonos son bellos", escribió la madre en Facebook.
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