Un joven italiano recibió un impacto de bala en Nápoles, en medio de las celebraciones por el año nuevo. Inexplicablemente expulsó el proyectil de forma natural.
Un napolitano de 28 años ha sorprendido al mundo entero. El joven estornudó una bala calibre 22 que tenía alojada en el cerebro tras haber protagonizado un accidente el pasado 31 de diciembre en medio de las celebraciones por el año nuevo.
Darco Sangermano es el nombre del tipo que ha puesto de vuelta y media a los médicos del hospital donde se le atendió. Y es que nadie se explica cómo le ha hecho para expulsar de una forma tan natural el proyectil que por poco le quita la vida.
“Cubierto de sangre, pero aún consciente, el joven estornudó la bala poco después y, aparte de un dolor de cabeza, aseguró a los médicos que se sentía bien. Sólo necesitó cirugía para que le limpiasen la herida y se deshicieran de los fragmentos óseos”, señala un cable de la agencia Europa Press.
Los galenos han coincidido en la suerte que tuvo el sujeto. La explicación que dieron es que el proyectil pasó por detrás de los ojos y se alojó cerca de la cavidad nasal si causarle daños cerebrales de riesgo.
"Ha sido hombre muy afortunado, porque perfectamente podría haber muerto", sostuvo el médico Sid Berrone, uno de los especialistas que trató directamente el caso.
El joven, que recibió el impacto de bala en un confuso tiroteo desarrollado en la ciudad de Nápoles en medio de las celebraciones por la llegada del 2011, tiene todos los pronósticos a su favor.
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