Cuando la pareja es la razón de ser para uno, llegando a olvidar los proyectos personales e incluso de los vínculos de amistad, debe tener cuidado. Conozca los consejos de un especialista en el tema.
En una relación de pareja lo prioritario no debe ser la vida social ni tampoco el encerrarse en ellos mismos. Más saludable es que tengan la flexibilidad para compartir y sentirse bien en ambos espacios. Así lo señaló el psicólogo y psicoanalista, Leopoldo Caravedo.
Las parejas exclusivas son más comunes cuando son adolescentes o también cuando son mayores. “Hay chicos en los que se convierten el uno para el otro y se olvidan de todas las amistades y eso fomenta el resentimiento de los amigos y amigas”, señaló.
En las parejas mayores, el problema puede estar con cuál de los dos lados de las amistades se prioriza. Según Caravedo, a veces el hombre no quiere continuar con las amistades de la mujer o viceversa. Esto puede llevarlos a aislarse o que impongan un grupo de amigos sobre los otros.
“Cuando una relación se hace exclusiva se pierden los lazos de amistad. Y si la pareja está en crisis o conflicto los dos van a sentirse mucho más solitarios y aislados porque no tienen el soporte de la red social que es muy importante para la pareja”, explicó.
Y agregó que “la pareja no debería perder los vínculos ni lazos sociales, porque es una especie de combustible para la relación de pareja. La red social es un recurso para la resiliencia, que es la capacidad de de sobreponerse a los problemas y poder enfrentarse las situaciones difíciles”.
Lo ideal es tener un espacio propio y a la vez que puedan tener ámbito en común para cultivar la relación, la amistad, el cariño, y saber combinarlo con la vida social. “La pareja es un proyecto en común que se llena de proyectos personales. Si estos son muy divergentes o muy contrarios, la pareja va a tener dificultades”, dijo.
“Lo más saludable para una pareja es que se combine el proyecto personal y el de pareja. Que puedan ser compatibles, y que incluso uno y otro puedan retroalimentarse o apoyarse. Es muy saludable cuando el uno apoya el proyecto del otro”, recomendó.
No es mi propiedad
Cuando uno se casa, convive o inicia en una relación de pareja, el pensar que el otro solo tiene que pensar en uno es el error más grande. Eso significa empobrecer la vida emocional de la pareja. “Mi pareja no es mi propiedad, no es exactamente igual a mí, ni tiene que ser igual a mí”, señaló.
“Es alguien con el que voy a tener que intercambiar constantemente puntos de vista, aceptar que pueda tener discrepancias e ir desarrollando buenas formas para terminar por generar comprensión y no rencor”, señaló.
Es importante tener muy presente que mi pareja pueda tener gustos, proyectos e inquietudes. “Si me siento seguro en la relación voy a apoyar a mi pareja. Estoy convencido que eso va a contribuir a la relación. Si la pareja se siente mejor desarrollándose a si misma va a estar mejor conmigo”, puntualizó.
Finalmente, Caravedo opinó que la relación de pareja es compleja que significa un trabajo constante y permanente en la relación, mucha conversación, intercambio, ver el lado del otro, así como ayudar al otro a ver su lado. Un gran esfuerzo que tienen que hacer en conjunto.
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