Entre los 6 y los 12 años los niños comienzan a cuestionarse sobre su sexualidad y la de los demás. Es necesario que los padres comiencen un diálogo despreocupado, pero no deben ignorar sus dudas.
La educación sexual de los hijos comienza desde que nacen. Contrario a lo que se cree, desde que el niño o niña siente la piel ajena de los padres comienza a vivir a sentir placer o no, lo cual lo va educando en este tipo de sensaciones, señala la psicóloga Mónica Poblador.
Los abrazos, las caricias, las muestras de afecto, el contacto piel con piel, todo comunica sexualmente en el niño. Pero es en la edad entre los 18 a 24 meses hasta los 6 años, tiempo en que el menor desarrolla su capacidad del habla, cuando empieza a preguntar sobre el sexo. Ya sea a manera personal o al ver relaciones ajenas.
Desde los 6 años hasta los 12 es cuando el menor ya finaliza de reconocer su cuerpo y el de los demás, incluyendo los genitales. “Dentro de la educación sexual está el contribuir a que los genitales sean una parte aceptada de un cuerpo aceptado. Para ello, es preciso que tengan su nombre, que estos no sean despectivos y que ayuden a distinguir cada una de las partes”, precisa la psicóloga Mónica Poblador.
La psicóloga señala que es en la preadolescencia donde él o la menor empieza a explorar su cuerpo. Es también donde descubre la masturbación. También se pueden presentar algunas actitudes que pueden juzgarse de no comunes.
En el programa Sin Vueltas de RPP Noticias los psicólogos Franco Granthon y Rachel Watson recibieron una llamada sobre un caso relacionado en que un niño usó la ropa de interior de su hermana de 15 años. El señor que comentó el caso vía telefónica afirmó que el padre lo golpeó con la correa para “corregirlo”.
Este tipo de situaciones son más comunes de lo que se piensa y obedecen a la curiosidad de la sexualidad, dicen Watson y Granthon, y la violencia no es la solución. Un tipo de actitudes como esta solo demuestran que el menor está explorando su sexualidad y no condicionan su orientación sexual, coinciden los psicólogos.
¿Qué hacer si descubres al menor “jugando” con otro menor?
Existen situaciones, dice la psicóloga Poblador, en que los padres pueden descubrir a su menor hijo o hija “jugando” con otra menor. Pues lo que están haciendo es una exploración de su cuerpo porque les parece curioso, dice la experta.
Entre las actitudes que no deben tener los padres a la hora de instruir a sus hijos en educación sexual está el regaño o el insulto porque, aparentemente, están haciendo algo malo al descubrirlo en ese “juego”.
Si en caso están “jugando” con algún otro menor de edad con la exploración de su cuerpo no les deben prohibir la amistad con ese niño o niña; tampoco los padres deben montar un escándalo que involucre a los demás, por ejemplo, a familiares u otros padres o niños y niñas. El estar recordando la situación tampoco es positivo.
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