Investigadores han observado que la vida en el espacio debilita el sistema inmunológico de los astronautas y han partido de ese descubrimiento para ahondar en las razones.
La Agencia Espacial Europea (ESA) se está sirviendo de experimentos realizados en el espacio con células humanas para estudiar las claves del funcionamiento del sistema inmunológico y buscar la manera de prevenir ciertas enfermedades.
Los investigadores, según ha informado la ESA, han observado que la vida en el espacio debilita el sistema inmunológico de los astronautas y han partido de ese descubrimiento para ahondar en las razones con el objetivo de buscar la forma de enfrentarse en la Tierra a las enfermedades antes de que aparezcan.
La investigación se remonta a 2006, cuando el astronauta Thomas Reiter llevó a cabo un experimento en la Estación Espacial Internacional (EEI) utilizando la incubadora espacial Kubik, por el que se puso a un grupo de células del sistema inmunológico a flotar en microgravedad y otro grupo se mantuvo en ese aparato para simular gravedad.
Las células que experimentaron gravedad simulada, como si estuvieran en la Tierra, parecían gozar de buena salud en comparación con las que estuvieron en ingravidez, y la culpa de ese deterioro, según la ESA, es el transmisor "Rel/NF-kB", que en ausencia de gravedad deja de funcionar.
"Encontrar qué gen hace qué es como buscar una llave que encaje en una cerradura sin haber encontrado aún la cerradura", dice la investigadora Isabelle Walther, que está desarrollando su trabajo en Zúrich.
La ESA explica que estudiar las células que han viajado en la EEI pone a la comunidad científica en el buen camino para descubrir la clave de cómo trabaja el sistema inmunitario y ver qué es lo que enseña a las células a reaccionar ante las enfermedades.
La agencia espacial adelanta que frenar los genes que activan el sistema inmune humano podría ayudar a atenuar el sufrimiento de quienes padecen enfermedades autoinmunes como la artritis.
EFE
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