Estudios locales revelan que más de 700 mil peruanos sufren algún tipo de discapacidad auditiva, una tendencia que va en aumento por el uso de hisopos y auriculares.
Estudios, realizados en distintos lugares, coinciden en que alrededor del 40% de la población menor de 40 años padece de cierto grado de pérdida auditiva, y que la tendencia va en aumento especialmente entre los adolescentes por el uso de reproductores y su permanencia en ambientes sumamente ruidosos.
“Correr, caminar, andar en bicicleta, viajar, y hasta ir a la escuela o la universidad con los auriculares puestos y a todo volumen parece ser una moda entre los adolescentes y adultos jóvenes, a pesar de que constantemente los especialistas en audición de todo el mundo lanzamos alertas sobre el aumento de casos de pérdida auditiva ", refirió la fonoaudióloga Janet Valdivieso.
“El problema no está en escuchar el reproductor de música, sino en la intensidad del sonido y el tiempo que se esté expuesto”, explica la especialista, quien precisa que lo realmente perjudicial para la salud es escuchar música a muy alto volumen o durante mucho tiempo sin dar descanso al oído.
“La intensidad del sonido se mide en decibeles (DB). Lo aconsejable es que el sonido no supere los 80 ó 85 DB. Como contrapartida, en el mercado se pueden encontrar reproductores portátiles de música que pueden llegar a alcanzar los 135 DB.
“Escuchar con auriculares a más de 100 decibeles equivale a escuchar el sonido de las turbinas de un avión, y esta exposición es una constante en los jóvenes”, explica.
La especialista dijo que una de las formas más prácticas de notar este exceso de volumen en el reproductor es quitárselo y colocarlo a unos 30 centímetros de distancia. Si la música que sale a través de los auriculares se puede oír desde el exterior, se está por encima de lo aconsejable.
Por otro lado, la Dra. Valdivieso señaló que la limpieza de los oídos debe ser totalmente externa. Explicó que introducirse hisopos o cualquier otro artículo para retirar el cerumen es muy peligroso porque se puede causar laceraciones e incluso romper el tímpano. "Cuando el exceso de este fluido incomoda o impide una buena audición, se debe recurrir a un especialista para realizarse un lavado de oídos", acotó.
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