Un estudio realizado por la Universidad de Illinois en Estados Unidos, asegura que la ingesta ante la pantalla chica, favorece el incremento de la cantidad de comida y la reducción de su calidad.
Si piensa que utilizar la televisión como aliado para lograr que niños y adolescentes coman es una buena idea, se equivoca.
Un estudio realizado por la Universidad de Illinois en Estados Unidos, asegura que la ingesta ante la pantalla chica, favorece el incremento de la cantidad de comida y la reducción de su calidad.
Según la evidencia científica, se trata de un recurso tramposo que reduce la alimentación a un papel secundario y fomenta hábitos poco saludables.
"Alimentarse de manera inconsciente, mientras se presta poca atención y poco gusto por la actividad en sí, lleva a los niños y adolescentes a comer más y peor. Es más sano y más sabroso no compatibilizar la comida con la televisión", dijo Brian Wansink, doctor del Departamento de Marketing y Ciencia Nutricional de la Universidad de Illinois.
El experto incide en que alimentarse de manera inconsciente puede desencadenar el sedentarismo y por ende la obesidad y el sobrepeso.
"Comer sano, es consecuencia de una buena educación y de cumplir con una serie de normas; desterrar la televisión mientras se come es una de las más básicas", concluyó.
Comparte esta noticia