Influenciar voluntariamente en el subconsciente, anulando los impulsos negativos de pensamiento, es tener la llave del tesoro.
La mente consciente es la parte de la mente que se ocupa de la razón y de la lógica. Es el director de la mente subconsciente, se ocupa de la creación y de dar órdenes. Funciona con lógica y razonamiento.
La mente consciente es el jardinero que planta las semillas en la mente subconsciente. Las semillas se plantan constantemente queramos o no, 24 horas al día, unas tendrán efectos buenos y otras pueden tener efectos devastadores y que nos limitan.
Las semillas que plantamos se basan en nuestra forma habitual de pensar y un pensamiento optimista es el que genera semillas del mismo signo. Todo lo que sembramos en la mente subconsciente lo cosechamos en nuestro cuerpo y en lo que nos rodea.
La mente consciente dirige como un director de orquesta, es capaz de dar órdenes como: “hoy soy fuerte”, “todo saldrá bien”, o bien “nunca voy a bajar de peso”, “esto no va a salir bien”.
Cada pensamiento de la mente consciente activa la ley de causa y efecto. Por ello es tan importante controlar la consciencia. La mente consciente sólo puede ocuparse de unos 7 pensamientos a la vez, pero tenemos unos 90.000 pensamientos al día. Muchos de ellos son repeticiones de pensamientos de días pasados. Existe una pausa entre pensamientos, un “espacio en blanco”. Este momento de silencio es el que se necesita para conectar con nuestro ser superior. Pasando todos los días momentos de conexión en ese “espacio el blanco” conseguiremos grandes beneficios en la salud, felicidad, relajación y paz interior y creatividad. Ese espacio en blanco se consigue con la meditación.
“La llave del crecimiento es introducir altos niveles de consciencia en nuestra vida diaria”, afirmó Lao Tsé.
La mente subconsciente es un lugar donde se almacenan los pensamientos. Se puede acceder a él para llamar o recordar pensamientos como si estuviéramos abriendo los cajones de un armario. Es como el piloto automático de la mente. No cuestiona nada, y procesa por igual lo bueno y lo malo, es totalmente neutro sin filtrar. El filtrado únicamente es hecho por la mente consciente. Todo lo que experimentamos (bueno o malo) se imprime en la mente subconsciente. Todos los pensamientos, creencias, opiniones, teorías y sucesos de la vida, entrarán en la mente subconsciente.
Podemos elegir guardar voluntariamente cualquier plan en nuestra mente subconsciente. Los pensamientos que se programan mejor, son aquellos que están cargados de emoción (por ejemplo fe y deseo).
La mente subconsciente trabaja día y noche, y se aprovecha del poder de la Inteligencia Infinita para convertir los deseos de cada persona en su equivalente físico.
Funciona independientemente hagamos esfuerzos para influenciarla o no. Todos los impulsos le afectan, por ello es tan importante controlar la consciencia. No podemos controlar totalmente nuestra mente subconsciente, pero podemos programar en ella cualquier plan, deseo o propósito que queramos conseguir.
Cómo programar la mente subconsciente para conseguir cualquier meta
La mente subconsciente se programa mediante técnicas de autosugestión y visualización. La mente subconsciente es el vínculo entre nuestra mente física y la Inteligencia Infinita. Es el medio por el que podemos conectar con la Inteligencia Infinita a nuestra voluntad.
Las posibilidades de conseguir nuestras metas gracias al uso de la mente subconsciente y su proyección son enormes. El hecho de comprender que nuestra mente subconsciente es ese vínculo que nos conecta con la Inteligencia Infinita es algo chocante, como una puerta desconocida que se abre ante nosotros con posibilidades imposibles de medir ni imaginar.
“Cuida y alimenta tus visualizaciones y sueños ya que son los hijos de tu alma, las huellas de lo que acabarás consiguiendo”, según afirma Napoleón Hill.
En resumen, la mente subconsciente es el medio por el cual podemos convertir nuestros deseos en algo material y realizable.
Existe un método para formular propósitos, de forma que sean claros, concisos, directos, y escritos en papel. Hace falta ser persistente y repetirlos varias veces al día, todos los días.
A la mente subconsciente le están llegando todo el día impulsos que se graban, ella no puede quedarse en punto muerto: le llegan impulsos positivos y negativos, incluso sin que nos demos cuenta. La única forma de sacar partido de este potencial es influenciar voluntariamente en la mente subconsciente mediante impulsos de deseo. Influenciar voluntariamente en el subconsciente anulando los impulsos negativos de pensamiento es tener la llave del tesoro. Todo lo que una persona crea comienza por un impulso de pensamiento y la imaginación es lo que inicia los pensamientos en un estado “difuso” para ser luego ensamblados en partes con sentido y dar lugar a pensamientos.
Los impulsos que dan lugar a los pensamientos, podemos mezclarlos con la fe y deseo (nuestra parte emocional) para multiplicar su efecto al programarlos en la mente subconsciente. Esa mezcla de pensamiento y emoción sólo se puede hacer gracias a nuestra imaginación.
Comparte esta noticia