La diabetes puede llevar a un mal funcionamiento de la retina de tres formas principales: edema macular, hemorragia vítrea y desprendimiento de retina.
Las personas con diabetes tienen 25 veces más probabilidad de padecer ceguera por retinopatía diabética; sin embargo los pacientes no acuden a los establecimientos de Salud para descartar este trastorno ocular, advirtió la doctora Betty Campos Dávila, directora del Instituto Nacional de Oftalmología (INO).
"La retinopatía diabética puede ocasionar el deterioro de los vasos sanguíneos que irrigan la retina, provocando una visión borrosa que, con el pasar de los años, lleva al deterioro total de la vista", refirió.
Destacó que es posible que los afectados no evidencien síntomas previos, dolor, ni pérdida de la visión, pero a medida que la enfermedad avanza se producen cuadros graves y otras complicaciones que conducen a una pérdida de la visión muy importante.
“Son pocos los casos en los que la visión mejora significativamente cuando se presenta la retinopatía diabética en estado avanzado, por lo que el tratamiento ideal es la prevención, siendo el factor más importante el control adecuado del nivel de glucosa en la sangre”, aseguró la directora del INO.
Riesgos
La retina es la parte del ojo más importante para la visión. La diabetes puede llevar a un mal funcionamiento de la retina de tres formas principales: edema macular, hemorragia vítrea y desprendimiento de retina.
La consulta oftalmológica debe incluir el examen de fondo de ojos con dilatación pupilar, donde se evalúa el riesgo de pérdida de la visión, además de indicar la forma adecuada de tratamiento y se estima el estado vascular de los otros órganos.
Posteriormente, si es necesario se requieren los exámenes de angiografía, electroretinograma, entre otras evaluaciones para descartar este problema visual.
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