Un nuevo estudio sostiene que la ruptura conyugal puede significar una experiencia estresante para los niños, que traería consecuencias a corto, medio y largo plazo.
Una investigación realizada en la universidad Miguel Hernández, en España, sostiene que los niños con padres divorciados parecen percibir una peor salud que los niños con padres casados, y su calidad de vida es peor cuando la relación entre los padres es conflictiva después de la ruptura.
Ante ello, las autoras del estudio enfatizan la importancia de proporcionar una serie de pautas a los padres que están inmersos en un proceso de ruptura de pareja para prevenir problemas de salud en los hijos y facilitarles una mejor adaptación a la nueva situación familiar.
El trabajo publicado en la Gaceta Sanitaria de España sostiene que la ruptura conyugal puede significar una experiencia estresante para los niños, que traería consecuencias a corto, medio y largo plazo.
Prevención
- En primer lugar, las autoras recomiendan la detección temprana de problemas en los niños cuyos padres se han divorciado, de manera que pueda intervenirse de forma adecuada lo antes posible.
- En segundo lugar, se enfatiza la importancia de establecer estrategias, a través de la pautas, para prevenir las repercusiones negativas del divorcio en los niños.
- En tercer lugar, es importante que los padres se esfuercen por mantener una relación cordial después del divorcio para facilitar la adaptación de los niños a la nueva situación familiar.
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