Tanto la clara como la yema pueden producir alergias, aunque la primera, por su mayor contenido proteico, es la sustancia a la que suelen ser más sensibles los niños y ser la causa de la alergia.
El huevo de gallina es un alimento de consumo habitual, al ser es una fuente proteica y de vitaminas del complejo B, importante en la alimentación del niño; pero a la vez, es uno de los alimentos que más frecuentemente produce reacciones alérgicas en los primeros años de vida, sobre todo en los menores de dos años.
¿Por qué es alérgico el huevo?
Tanto la clara como la yema pueden producir alergias, aunque la primera, por su mayor contenido proteico, es la sustancia a la que suelen ser más sensibles los niños y ser la causa de la alergia. En la clara de huevo, la proteína más abundante es la ovoalbúmina, que representa hasta el 54% de su contenido proteico.
Otras proteínas de la clara son el ovomucoide, la ovotransferrina o con albúmina y la lisozima, que se han identificado como sustancias con altas probabilidades de provocar alergias; mientras que en la yema se encuentra la a-livetina o albúmina sérica del pollo, que puede provocar alergias pero en menor medida.
¿Cuándo empieza y qué debo hacer?
Las reacciones de hipersensibilidad inmediata comienzan en el último trimestre del primer año de vida, coincidiendo con la introducción del huevo en la dieta del lactante.
La preparación que primero se da de comer al niño es la yema cocida, que generalmente es bien tolerada, apareciendo los primeros síntomas cuando se introduce la clara. Generalmente, la reacción tiene lugar durante las primeras tomas. Algunos niños toleran la clara cocida, pero cuando se introducen preparaciones de huevo menos cocinadas (tortilla, revuelto) o huevo crudo (helados, merengues, mayonesa) es que se manifiesta la alergia.
Incluso, es posible encontrar niños que sean sensibles al huevo aunque todavía no lo hayan probado. En un estudio, realizado en niños alérgicos a la leche de vaca, se encontró un 54% sensible al huevo, sin haberlo consumido antes. Y en otro estudio se comprobó que las pruebas fueron positivas en el 61% de los niños que eran sensibles sin haberlo tomado previamente.
En las reacciones con huevo, como en el resto de las reacciones de hipersensibilidad inmediata, los síntomas aparecen rápidamente luego de ser consumido. Si bien suelen aparecer en los primeros 30 minutos, también pueden verse en un lapso menor a las dos horas. Estos síntomas suelen desaparecer, de manera espontánea o con tratamiento, en un lapso de 12 horas.
¿Cuáles son los síntomas y signos de alergia al huevo?
Lo más frecuente es que primero se presente en la piel, por ejemplo, se puede encontrar eritema (coloración rojiza), urticaria (salpullido y escozor que suele aparecer alrededor de la boca o ser generalizada), y angioedema (inflamación de los parpados y de la cara).
En segundo lugar encontramos manifestaciones gastrointestinales, principalmente vómitos inmediatos y dolor abdominal, que pueden ser acompañados de diarreas.
En algunas ocasiones se asocian síntomas respiratorios como rinoconjuntivitis (irritación de ojos, secreción de ambos ojos y de la nariz) y broncoespasmo (silbido del pecho con dificultad para respirar), lo que puede agravarse y evolucionar a hipotensión y fallo cardiaco (paro cardiaco), e incluso tener un desenlace fatal si no se toman las medidas correspondientes. Por ello, ante una situación similar, debe llevar al niño al área de emergencias para ser evaluado.
Y ¿cómo se puede tratar?
Una vez que se ha llegado al diagnóstico de alergia al huevo, el único tratamiento efectivo hasta el momento actual es la eliminación del huevo y alimentos que contengan huevo o derivados de la dieta del niño. Aunque no es un alimento esencial, ya que puede suplirse fácilmente sin plantear problemas nutricionales, se utiliza ampliamente en la fabricación de alimentos muy atractivos para el niño como son repostería, cremas, helados y golosinas, que a veces resultan difíciles de evitar.
En el grupo de niños susceptibles a esta alergia sin ingesta previa y que reciben lactancia materna, la madre debe realizar una dieta exenta de huevo y derivados mientras dure la lactancia.
Algunas vacunas que se administran a los niños (triple vírica, vacuna de la gripe y la de la fiebre amarilla) pueden contener alguna pequeña cantidad de proteína de huevo. Son raras las referencias de reacciones adversas producidas por ellas, siendo las más frecuentes las producidas por la gelatina que contienen.
Recalcar siempre que, si bien la sospecha de alergia se hace en el hogar, siempre es aconsejable que sea visto por el pediatra para poder hacer el plan de estudio y, sobre todo, para iniciar el tratamiento ante la alergia.
¿Cuál es su pronóstico?
En los niños alérgicos al huevo se comprueba que aumenta la tolerancia a medida que aumentan los años de seguimiento, aunque hay algunos niños que no lo consiguen. En un estudio retrospectivo y a largo plazo, el 50% de los alérgicos al huevo alcanzaron la tolerancia a los siete años de edad. En otro posterior (de seguimiento), la mitad de los niños toleraron el huevo cuando tenían 4 - 4.5 años (el 18% a los dos años, el 52% a los 48 meses y el 66% a los 60 meses).
Bibliografía
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- Martorell Aragonés A, Boné Calvo J, García Ara MC, Nevot Falcó S, Plaza Martín AM. Alergia a las proteínas del huevo. Documento de posición. Allergol Immunopathol (Madr). 2001;29(2):84-95.
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- Enfermedades Alérgicas por Alimentos. Del síntoma al Diagnóstico y Tratamiento. 2017. Dra. María Eugenia Gervasoni. Médica Pediatra Especialista en Alergia e Inmunología Infantil
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