Biólogos piensan que antes de que los hombres modernos vistieran ropa, las mujeres utilizaban el tamaño del pene como uno de los factores para elegir al mejor compañero sexual, explica experto.
Según un grupo de científicos australianos el tamaño del pene es uno de los rasgos anatómicos que sí contribuye a seducir a las mujeres.
"Este tema excita la imaginación del público desde hace mucho tiempo", observa Michael Jennions, profesor de biología en la Australian National University en Canberra y uno de los principales autores de la investigación publicada en las Actas de la Academia estadounidense de las Ciencias.
"Los biólogos piensan que antes de que los hombres modernos, los homo sapiens, vistieran ropa, las mujeres utilizaban el tamaño del pene como uno de los factores para elegir al mejor compañero sexual con fines reproductivos, pero pocos datos pudieron hasta ahora respaldar esta hipótesis", explica.
Estudios anteriores ya afirmaron que las mujeres prefieren a los hombres más altos con espaldas anchas y cadera angosta, recuerdan los biólogos.
Este último estudio suma a estos criterios el del tamaño del pene. Sin embargo, el tamaño no es una cualidad suficiente: "Si usted es bajo y tiene un cuerpo con forma de pera, un pene grande no aumentará su atractivo sexual", observa Brian Mautz, de la misma universidad, otro autor del estudio.
Para llegar a su conclusión, los investigadores mostraron en una gran pantalla a 105 mujeres heterosexuales de un promedio de 26 años medio centenar de imágenes digitales de siluetas de hombres con diferentes alturas y anatomía, pene en reposo.
Ante estas imágenes, las participantes tenían que valorar, en forma anónima, el atractivo sexual que tenía cada imagen para ellas apretando teclas.
"El tiempo de respuesta de las mujeres para cada imagen fue muy rápido, de menos de tres segundos", contó Bob Wong, biólogo de la universidad australiana Monash. Este detalle revela, según el científico, que la reacción es mucho más producto de un reflejo que de una reflexión.
Un estudio similar anterior no había arrojado conclusiones tan convincentes porque se apoyaba en una cantidad de imágenes reducida. Además, las respuestas de las mujeres interrogadas no eran anónimas.
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