Un compuesto de las uvas llamado piceatannol logra inhibir el desarrollo de nuevos adipositos, las células que almacenan la grasa en el cuerpo.
Un nuevo estudio ha revelado que el vino podría consolidarse como una poderosa arma contra la obesidad.
Los recientes hallazgos de Kee-Hong Kim y Jung Yeon Kwon de la Universidad de Purdue, en Indiana, Estados Unidos, demuestran que un compuesto de las uvas llamado piceatannol logra inhibir el desarrollo de nuevos adipositos, las células que almacenan la grasa en el cuerpo.
Se trata de un hallazgo muy interesante pues cabe la posibilidad de que si se inhibe la formación de nuevas células adiposas, también se pueda evitar la acumulación de nueva grasa en el cuerpo.
El estudio, cuyos resultados se publicaron en la última edición del Journal of Biological Chemistry, consistió en evaluar el efecto del piceatannol en cultivos de células adiposas.
Para formar una nueva célula adiposa, se debe llevar a cabo un proceso que dura unos 10 días, tiempo en el que células adiposas inmaduras, llamadas preadipositos, deben pasar por varios estadios hasta alcanzar la maduración completa.
Como informa eluniversal.com.mx en el laboratorio, Kim y Kwon demostraron que el piceatannol bloquea el efecto de la hormona insulina sobre los preadipositos.
Resulta que la insulina es necesaria para activar dentro del preadiposito el proceso de maduración, por lo que al bloquear su influencia sobre esta frena su crecimiento y nunca llega a convertirse en una célula adiposa.
Aunque los hallazgos son prometedores, aún hay mucho camino por recorrer para poder saber si el compuesto presente en las uvas, el té blanco y los arándanos, realmente puede ser utilizado para ayudar a evitar la obesidad.
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