La historia es parte de nosotros, nuestra mente se encuentra conformada por ella y no sólo la personal, sino la de todos.
En la escuela desarrollamos varios cursos, algunos nos ayudan a resolver diferentes dificultades de la vida cotidiana, como las matemáticas para calcular nuestros impuesto o el lenguaje para realizar una solicitud escrita u oral. Pero, ¿para qué nos sirve el curso de Historia? ¿De qué forma nos ayuda a resolver situaciones comunes? En este espacio daremos a conocer su importancia de la historia y su contribución en la formación de las personas.
Algunos maestros y maestras enseñan esta materia de manera memorística, repetitiva, contada sólo desde una perspectiva, es decir, un solo historiador.
Finlandia, uno de los países con los más altos estándares educativos, desarrolla nuevas estrategias de enseñanza para el curso de historia porque considera a la mente como el valor más preciado del ser humano e identifica en este curso gran potencial para su formación.
Historiadores como Eduardo Galeano indican que “el que no sabe de donde viene, ¿cómo sabrá hacia donde va?”. La historia es parte de nosotros, nuestra mente se encuentra conformada por ella y no sólo la personal, sino la de todos.
Permite a las personas comprender porque las cosas suceden, nos ayuda a NO repetir los mismos errores, a construir nuestro propio destino y transformar nuestro entorno.
Paulo Freire, pedagogo brasileño que con sus trabajos influyó en todos los sistemas educativos del mundo, planteó que reconocer nuestra historia es parte del proceso de concientización de las personas.
En conclusión, la historia es un elemento y estrategia fundamental para las personas. A través de ella, construimos nuestra mente. Hoy tenemos muchos replanteamientos históricos, por ejemplo, reconocer la riqueza y organización de nuestro Incario “Tahuantinsuyo” nos devuelve el orgullo de haber nacido en esta tierra, lo cual contribuye con nuestra valoración y dignidad, ambos necesarios para una adecuada salud mental.
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