Propicia cambios congruentes con los objetivos que se desean alcanzar, facilita la comprensión de ideas y acciones que habían sido confusas.
La psicoterapia es una forma de tratamiento psicológico que tiene como objetivo el cambio de pensamientos, emociones y conductas.
Se realiza entre un profesional con formación en psicología y con las habilidades necesarias para facilitar el cambio psicológico en el paciente/cliente que requiere la ayuda con la finalidad de aliviar los síntomas que le producen un grado de sufrimiento importante por el cual acude a consulta.
La persona que llega a terapia, se encuentra en un estado de que puede ser caracterizado por: baja autoestima, sentimientos de incompetencia, desmotivación y desesperanza. Esa sensación de incompetencia subjetiva deja a la persona incapaz para afrontar las demandas de su entorno y con frecuencia le lleva a confundir el significado de los síntomas, a exagerar su severidad, a perder el control de sí mismo, etc.
Los síntomas de los que se quejan las personas que solicitan psicoterapia son variados, afectan a la experiencia personal, la relación con los demás o dificultan de forma significativa sus actividades cotidianas. El malestar con frecuencia se manifiesta a través de ansiedad, depresión, estrés, conflictos con la pareja, dificultades en las relaciones sexuales, etc. o dan lugar a ciertos comportamientos que interfieren la vida de una persona en distintas áreas, como por ejemplo las adicciones (alcohol, drogas, etc.) los referidos a la alimentación (anorexia nerviosa, bulimia, etc.). Resumiendo, las circunstancias que llevan a una persona a solicitar ayuda profesional son diversas y complejas.
La psicoterapia propicia cambios congruentes con los objetivos que desea alcanzar el cliente. Proporciona orden al caos facilitando la comprensión de ideas y acciones que habían sido confusas. Conduce a cierto alivio al capacitar a la persona para afrontar ansiedades y tensiones que habían sido evitadas. Conduce a nuevas oportunidades para aprender modos diferentes de pensar, sentir y actuar. En definitiva, provoca que la sensación de malestar progresivamente vaya dejando paso a la de dominio y control personal.
El cómo se consiga depende del problema que plantee el paciente, de las metas que quiera conseguir y en gran medida del modelo teórico seguido por el terapeuta, puesto que cada perspectiva en psicoterapia se caracteriza por un conjunto de conceptos y principios que explican cómo ocurre el cambio. La naturaleza, ritmo y objetivos de las intervenciones quedan en parte definidos por la orientación teórica del terapeuta.
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