Es importante resaltar que esta vitamina fortalece nuestras defensas naturales, sistema nervioso y favorece la salud cardiovascular. Sin embargo, al presentar riesgos por mucha exposición al sol, es necesario completar nuestra ingesta con alimentos ricos en vitamina D.
Nuestro cuerpo es una máquina tan maravillosa que se mantiene activo a través de miles de mecanismos. Usa cada recurso disponible para crear sus propias barreras de defensa ante enfermedades oportunistas. Las vitaminas y minerales son los primeros nutrientes que se obtienen de los alimentos, para reforzar las defensas, pero también, la exposición adecuada al sol nos protege.
Recibir el sol en la piel produce vitamina D necesaria para absorber y utilizar tanto el calcio cómo el fósforo de nuestros alimentos que ayudan a mantener nuestra salud ósea e interviene en el crecimiento de niños y adolescentes.
Es importante resaltar que esta vitamina fortalece nuestras defensas naturales, sistema nervioso y favorece la salud cardiovascular. Sin embargo, al presentar riesgos por mucha exposición al sol, es necesario completar nuestra ingesta con alimentos ricos en vitamina D, evitando enfermedades crónicas que están relacionadas a su bajo consumo, como la artritis, osteoporosis, osteomalacia, entre otras.
Los alimentos que contienen vitamina D y que deberíamos incorporarlos en nuestra alimentación diaria son los siguientes:
- · Hígado de Res, contiene vitamina D y además hierro, potente mineral que previene la anemia.
- · Leche y derivados, también nos brindan calcio y proteínas para fortalecer huesos y músculos.
- · Huevos, específicamente en la yema.
- · Nueces, además de que contienen vitamina D, es fuente de fibra que permite mantenernos más saciados durante el día.
- · Pescados azules, como la anchoveta, caballa, atún o jurel, aportan ácidos gra-sos omega 3, que fortalecen sistema nervioso y nuestro corazón.
Es importante recordar que, una sola vitamina no es responsable de mantenernos saludables, por tal motivo, siempre debemos mantener una alimentación balanceada, que incluya todos los grupos de alimentos que nos brindan energía: como cereales y tubérculos; protección: verduras y frutas, y fuerza: carnes, pescado y lácteos. De igual forma, la actividad física diaria y constante es pieza clave para continuar fortaleciéndonos.
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