Es importante una adecuada evaluación fisoterapéutica de la lesión para elegir los agentes adecuados para la recuperación de la lesión.
En una lesión, se produce la ruptura de tejidos y/o supone la muerte de un grupo de células de los tejidos lesionados. La inflamación es la forma en que reacciona el cuerpo ante esta lesión, poniendo en marcha mecanismos para reparar lo más pronto posible la zona afectada. Entonces podemos entender por inflamación, como el proceso propio del cuerpo para curar, proteger y reparar los tejidos.
Al producirse una lesión, nuestro organismo desencadena una serie de respuestas en la zona. La vasodilatación de los capilares es una de ellas, aumenta el flujo sanguíneo permitiendo que las sustancias encargadas de la reparación ingresen de forma más rápida a la región lesionada, lo que provoca un aumento de la temperatura y rubor. El incremento de temperatura también contribuye a acelerar el proceso de recuperación, lo que se traduce en una mayor migración de células para reparar los tejidos lesionados.
Es importante respetar el proceso inflamatorio y no interrumpirlo, ya que se estaría interfiriendo con este proceso de recuperación.
Los anti inflamatorios son capaces de controlar y detener la inflamación localizada en una parte del cuerpo, pero esto no quiere decir que no esté justificado su uso, sobre todo cuando la respuesta anti inflamatoria es desproporcionada o se prolonga muchos días. Por lo que estos deben ser indicados de forma adecuada y por un buen profesional.
La crioterapia (aplicación de frío) es una de las técnicas terapéuticas que emplea el fisioterapeuta para el control de la inflamación, ya que produce una vasoconstricción o estrechamiento de los vasos sanguíneos, disminuyendo la intensidad de la respuesta inflamatoria, con una reducción del edema, de la inhibición muscular provocada por el dolor y del uso de anti inflamatorios. El objetivo de la crioterapia es controlar la inflamación exacerbada, más no pararla.
Cuando el proceso de inflamación se mantiene en el tiempo, existen otros agentes fisioterapéuticos que ayudan a acelerarlo, mejorando el flujo sanguíneo y logrando que las células que ya no migraban adecuadamente a la zona de la lesión lo hagan de forma adecuada para la reparación del tejido. Dentro de estos agentes tenemos al ultrasonido, las ondas de choque, la microelectrolisis percutánea, las ondas cortas, la magnetoterapia, entre otros.
Por lo que podemos decir que la mayor parte de agentes fisioterapéuticos son pro inflamatorios, que actúan como se mencionó en el párrafo anterior, acelerando el proceso de inflamación y, por lo tanto, el de recuperación.
Recuerde que es importante una adecuada evaluación fisoterapéutica de la lesión para elegir los agentes adecuados para la recuperación de la lesión.
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