Esta nueva vacuna aumenta número de linfocitos T o células T en el sistema inmunológico. Los once voluntarios contagiados con gripe se curaron con la vacuna.
Científicos de la Universidad de Oxford (Reino Unido) han constatado la eficacia de una vacuna contra la gripe que podría funcionar contra todas las variantes del virus que hacen enfermar cada año a miles de millones de personas.
La investigación es novedosa porque este tratamiento, a diferencia de los empleados hasta ahora, ataca distintas partes del virus, lo que evitará tener que preparar cada temporada nuevas variantes de la vacuna en función de la cepa prevalente.
Según los detalles avanzados hoy por el diario "The Guardian", el equipo dirigido por la doctora Sarah Gilbert, del Jenner Institute de la Universidad de Oxford, centró su trabajo en las proteínas del interior del virus de la gripe -que son las mismas en todas las cepas- y no en las de la capa externa, que pueden mutar.
"El problema con la gripe es que tienes una gran cantidad de variantes que cambian de manera constante", manifestó Adrian Hill, director del Jenner Institute, que recordó que cuando aparece una nueva cepa a la que los seres humanos no son inmunes los científicos se encuentran con que no pueden tener a tiempo una vacuna eficaz.
Esto es lo que ha ocurrido en los últimos años con la reciente pandemia de gripe A o la anterior de gripe aviar.
Las vacunas tradicionales que se emplean en la actualidad hacen que el organismo cree anticuerpos, pero lo que hace esta nueva vacuna es disparar el número de linfocitos T o células T, que son otro elemento fundamental del sistema inmunológico.
En la investigación, se vacunó a 11 voluntarios sanos y se les infectó, junto a otros 11 individuos no vacunados, con la cepa Wisconsin del virus de la gripe H3N2, aislado desde 2005.
El resultado fue contundente: la vacuna funcionó en las once personas que la recibieron, que mostraron un mayor nivel de activación de los linfocitos T, responsables de combatir el virus.
Los autores de la investigación destacaron que una vacuna universal ahorraría mucho tiempo y dinero, ya que el proceso de desarrollar una vacuna estacional contra la gripe supone al menos cuatro meses de trabajo y una inversión multimillonaria.
Además, si se da el caso de que la variante de gripe es altamente patógena -como ocurrió en 1918 con la muerte de millones de personas- el retraso en la obtención de la vacuna resulta fatal.
"Si empleáramos la misma vacuna de manera regular, sería como vacunar contra cualquier otra enfermedad, como el tétanos. Se convertiría en una rutina (...). No tendríamos drásticos cambios en la demanda ni problemas de suministro", manifestó Gilbert.
El equipo de la doctora Gilbert considera que este avance será especialmente positivo en el caso de la gente mayor.
El Jenner Institute ya la prueba en individuos mayores de 50 años, un grupo poblacional que habitualmente no tiene una respuesta positiva a las vacunas tradicionales.
No obstante, pasarán todavía años hasta que esta vacuna sea una realidad, ya que para ser aprobada por las autoridades sanitarias tiene que superar pruebas más exigentes, que impliquen a miles de individuos y no a una veintena, como es el caso de este estudio.
EFE
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