Por ello se recomienda a padres y pediatras prestar más atención cuando ocurren trastornos en la respiración de los niños mientras duermen, desde el primer año de vida.
Un estudio a más de 11.000 niños a lo largo de seis años encontró que los trastornos de la respiración al dormir pueden ocasionar problemas de conducta, según un artículo que publica hoy la revista Pediatrics.
De acuerdo con los investigadores del Colegio Albert Einstein de Medicina, en la Universidad Yeshiva de Nueva York, entre las dificultades de comportamiento que aparecen junto a trastornos de la respiración se cuentan la hiperactividad y la agresividad, junto con síntomas emocionales y problemas en las relaciones con otros niños.
"Este estudio proporciona las pruebas más firmes, hasta el momento, de que trastornos como los ronquidos, la respiración por la boca y la apnea pueden tener consecuencias de conducta y socioemocionales para los niños", dijo la autora principal del documento, Karen Bonuck.
"Los padres y madres y los pediatras, por igual, deberían prestar más atención cuando ocurren trastornos en la respiración de los niños mientras duerman, quizás desde el primer año de vida", añadió Bonuck, profesora de medicina social y familiar, y de obstetricia ginecología y salud de las mujeres.
Estos trastornos alcanzan una cima entre los dos a seis años de edad, pero también ocurren en niños más pequeños. Aproximadamente uno de cada diez niños ronca regularmente, y del 2 al 4 por ciento muestra apneas, según la Academia Estadounidense de Otorrinolaringología.
Entre las causas más comunes de estos trastornos se encuentran las amígdalas o adenoides agrandadas. A los padres y madres se les pidió que respondieran a cuestionarios acerca de los síntomas de trastornos respiratorios de sus niños en varios intervalos, desde los seis a los 69 meses de edad.
Se señala en el artículo que los trastornos de la respiración al dormir podrían causar problemas de comportamiento porque disminuyen los niveles de oxígeno y aumentan los de dióxido de carbono en la corteza prefrontal del cerebro.
Además se interrumpen los procesos de restauración durante el descanso, y perturban el equilibrio de varios sistemas celulares y químicos.
EFE
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