El psicólogo clínico Milton Rojas, coordinador de CEDRO, desmiente las creencias erróneas más comunes sobre el alcohol y explica cómo identificar un problema de consumo
El consumo de alcohol en el Perú está lleno de creencias erróneas que pueden nublar la comprensión del alcoholismo y sus efectos reales. Datos recientes del INEI, Devida y el INSM “HD-HN”, revelan que hasta un 35% de los peruanos podrían estar enfrentando un consumo problemático de alcohol sin ser plenamente conscientes de ello.
Para abordar esta preocupante situación, el psicólogo clínico Milton Rojas, coordinador de CEDRO, una organización comprometida con la prevención del consumo de drogas, desglosa los mitos más comunes en torno al alcohol, con el objetivo de ayudar a la población a identificar las verdaderas señales del alcoholismo y entender sus efectos.
1. "Cuando hace frio yo me tomo un traguito para calentarme el cuerpo. El alcohol me va a calentar el cuerpo"
Falso. Un mito muy común es que el alcohol ayuda a calentar el cuerpo. Milton Rojas, indica que en realidad, el alcohol "provoca un descenso de la temperatura corporal interna", contrario a lo que se cree. Si bien la dilatación de los vasos sanguíneos en la piel puede generar una sensación inicial de calor, en realidad se está enfriando la sangre.
En climas fríos, el consumo de alcohol puede ser peligroso, ya que la pérdida de calor corporal aumenta el riesgo de hipotermia. Esto es principalmente en zonas de altura como la sierra, donde el consumo de bebidas alcohólicas es una práctica común para 'calentarse'. Pero, como explica Rojas, el alcohol genera el efecto opuesto al deseado.
2. "El alcohol es un estimulante, porque al tímido de la fiesta, lo hace bailar"
Falso. Existe la creencia de que el alcohol es una sustancia estimulante debido a los efectos visibles que tiene en el comportamiento de las personas. Muchos asocian el consumo de alcohol con una mayor energía y desinhibición. No obstante, Rojas aclara que, en realidad, el alcohol es un depresor del sistema nervioso central.
Lo que ocurre es que el alcohol afecta primero las áreas del cerebro que controlan el autocontrol y la inhibición, lo que hace que las personas se sientan más desinhibidas y realicen acciones que normalmente evitarían.
3. "Para ser alcohólico hay que beber todos los días. Yo solo tomo los fines de semana"
Falso. Muchas personas creen que solo quienes consumen alcohol diariamente pueden ser considerados alcohólicos, pero esto no es cierto. Según Rojas, el alcoholismo no se mide únicamente por la frecuencia del consumo.
Señales de alcoholismo:
- Incapacidad de abstenerse de beber.
- Incapacidad de detenerse una vez que se empieza a beber.
- Tolerancia (necesidad de beber más para sentir los mismos efectos).
- Síndrome de abstinencia (síntomas físicos y psicológicos al dejar de beber).
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4. "Algunas bebidas alcohólicas son menos perjudiciales que otras"
Falso. Se suele pensar que bebidas como la cerveza, al tener una menor concentración de alcohol, son menos peligrosas que licores como el vodka o el pisco. Sin embargo, Rojas explica que esta diferencia es irrelevante en términos de los riesgos a largo plazo, ya que el alcohol es alcohol, independientemente de su concentración.
Aunque es cierto que las bebidas con mayor graduación alcohólica pueden tener efectos más rápidos e intensos, el riesgo de desarrollar problemas de salud a largo plazo es similar, independientemente del tipo de bebida. Incluso existen personas que desarrollan alcoholismo solamente con el consumo de cerveza.
5. "El alcohol facilita las relaciones sexuales"
Falso. Es común creerque el alcohol facilita las interacciones sociales y las relaciones sexuales. Si bien es cierto que el alcohol puede desinhibir a las personas y hacerlas sentir más seguras, esto no significa que mejore sus habilidades sociales o su desempeño sexual.
El consumo excesivo de alcohol puede llevar a problemas en ambos aspectos. En lugar de ayudar a las personas a mejorar sus habilidades sociales, el alcohol genera una falsa sensación de confianza, lo que puede ser perjudicial tanto en el ámbito social como en el sexual.
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