Este 1 de octubre se cumplen 200 días del inicio del Estado de Emergencia, un periodo en el que el Gobierno aplicó una estrategia en salud con errores y aciertos frente a la pandemia del nuevo coronavirus. ¿Qué se hizo en los últimos 100 días y en qué se puede mejorar hacia fin de año? Especialistas responden.
La pandemia del nuevo coronavirus ha impactado también la forma en que observamos los cambios en la estrategia de salud del país y la forma en la que el Gobierno enfrenta la crisis sanitaria mundial. Este 1 de octubre de 2020 se cumplen 200 días desde el inicio del Estado de Emergencia, que trajo consigo inmovilización, cierre de fronteras y aislamiento social obligatoria. Dos centenas de días después las cosas han cambiado: por ejemplo, en cuatro días más se reanudarán los viajes internacionales, la última de las 3 grandes estrategias de contención que mencionamos que será levantada.
El doctor José Luis Cabrera, neumólogo de Clínica Internacional e investigador clínico, comenta que en los últimos 100 días, contando desde el 23 de junio que se cumplieron los primeros 100 días del Estado de Emergencia en el Perú, se han visto avances en la investigación de la COVID-19.
“Se ha ido aclarando la falta de eficacia de ciertos medicamentos que fueron utilizados al inicio de la pandemia como la hidroxicloroquina, incluso de la ivermectina, y se va conociendo localmente el comportamiento de la enfermedad, es decir, la epidemiología de la enfermedad en cada población que redundan en medidas focalizadas y efectivas de acuerdo a cada realidad”.
Además, resalta que hay asuntos pendientes importantes, como el acceso a información formal y de calidad por parte de fuentes como el Ministerio de Salud u otras instituciones competentes: “De entidades científicas sobre las medidas preventivas, el diagnóstico precoz que es fundamental, el no a la automedicación... y difundir que la mayoría de casos puede tratarse en casa con un diagnóstico precoz, pero con un seguimiento médico cercano. El segundo punto que quisiera resaltar es la cobertura de diagnóstico y de seguimiento. Hay muchas personas que necesitan acceder al servicio de salud y lamentablemente, aún disminuyendo la cantidad de casos, la capacidad de atención es rebalsada. Muchos quedan sin una atención adecuada, sin un tratamiento adecuado, y no les queda otra que automedicarse, dejarse llevar por recetas que no tienen ningún nivel de evidencia y son más producto de la difusión por redes sociales”.
Manuel Mayorga Espichán, médico especialista en cuidados intensivos y director nacional de la Facultad de Salud UPN, resalta que tras el empeoramiento de los resultados luego de la activación de las actividades económicas y el final de la cuarentena social obligatoria que se observó en la segunda quincena de julio, “podemos apreciar una clara y sostenida, aunque muy lenta, disminución de casos nuevos, número de pacientes graves que requieren ser hospitalizadas y de exceso de mortalidad en las estadísticas del Sinadef”.
“Las razones por las que hemos visto esta tendencia favorable en las últimas semanas, en realidad son múltiples: acá tiene que ver la cuarentena focalizada, la estrategia de priorizar el primer nivel de atención para el adecuado cerco epidemiológico de la pandemia, la operación Tayta, la mayor disponibilidad de oxígeno en los establecimientos de salud, así como el mayor uso de pruebas moleculares para el diagnóstico y seguimiento”, explica.
¿SEGUNDA OLA?
Hace unos días, el viceministro de Salud Pública del Ministerio de Salud, Luis Suárez Ognio, contó al programa Nada está dicho de RPP Noticias que “la segunda ola de coronavirus que enfrenta Europa coloca al país en una situación de alerta". Esto después de que se registrara un rebrote de casos de contagio en países como España, Francia y Bélgica.
"Quizás hace algunas semanas teníamos dudas si se iba a presentar una segunda ola. Cada vez tenemos menos dudas y eso nos lleva a prepararnos. “[…] Entre fines de octubre y noviembre, el Perú podría estar presentando nuevamente el incremento de casos de COVID-19, al menos en la zona Metropolitana y en la costa norte si es que el país sigue el mismo patrón que ha experimentado Europa”, menciona.
Ante esto, Mayorga indica que ante el rebrote de casos en el Viejo Continente puede llevar a pensar que la posibilidad de una segunda ola de contagios de COVID-19 en Perú lleve también a retornar a la inmovilización de los domingos o que se amplíe la duración al resto de días de la semana.
“Esto va a depender principalmente del comportamiento de la pandemia en cada región, si luego de iniciar la fase 4 de la reactivación económica se observó un incremento en el número de casos nuevos, aumento en las admisiones hospitalarias, el colapso de los establecimientos de salud o un incremento en el exceso de mortalidad en relación con el comportamiento histórico, habrá señales de alarma para endurecer las medidas de confinamiento”, explica
Por su parte Cabrera resalta que muchos expertos están de acuerdo en sostener que la presencia de una segunda ola en Europa “podría ser producto de la liberalización de las actividades económicas y sociales” que se han producido en estos países. “De hecho esto podría ocurrir en el país si es que no se toman las medidas pertinentes y se liberan antes de tiempo las actividades económicas. Hay que tener mucho cuidado en este aspecto”, afirma.
Jorge Samamé, epidemiólogo del Instituto Daniel Alcides Carrión, considera que si bien existe la posibilidad de que se presente una nueva ola de contagios, “esta va a ser más atenuada”.
“El virus ya no tiene la agresividad inicial de marzo, abril, mayo, junio, es un virus más atenuado porque como le decía anteriormente, hay más gente recuperada y tiene el sistema inmunológico elevado”, comenta.
ENSAYOS CLÍNICOS EN PERÚ
Estos nuevos 100 días del Estado de Emergencia también fueron testigo del inicio de los ensayos clínicos fase 3 de la candidata a vacuna de la empresa china Sinopharm y el conglomerado Biotech en el país, donde se registraron 6 mil voluntarios que recibirían aleatoriamente el producto de la investigación o o el placebo. En los siguientes meses, más voluntarios peruanos serán parte de los ensayos clínicos de candidatas elaboradas por Pfizer, AstraZeneca, Sinovac, CurveVac y Johnson & Johnson.
Samamé resalta la importancia de los acuerdos firmados por el Gobierno peruano con las empresas que realizan las investigaciones en la carrera para encontrar una vacuna segura, eficaz y accesible a todo el mundo. Sin embargo, menciona el infectólogo, se debe continuar con las medidas preventivas para evitar el contagio.
“Se han firmado acuerdos con otras candidatas, en realidad son 6 candidatas a nivel mundial, y bien que se haya firmado porque van a tener lo más pronto posible está vacuna. Pero también hay que darnos cuenta de que las vacunas, como bien dicen la OMS y la OPS, no son el fin. No debemos olvidarnos de que la vacuna nos va a ayudar en un 90% pero nosotros tenemos continuar con el aseo diario, el lavado de manos, el uso tapabocas”, explica.
Cabrera resalta que tras los ensayos clínicos fase 3 se espera que se vaya acumulando evidencia, se documente en eficacia y seguridad “que permitan cumplir con los estándares para que pueda ser aprobada esta medida preventiva”, obteniendo así algunas ventajas.
“La población poco a poco está conociendo los procesos, las implicancias de un estudio de investigación, no solamente en el contexto de la epidemia del coronavirus, sino de muchos medicamentos que necesitan desarrollarse y conforme las conozca se van a romper paradigmas sobre la investigación. La otra ventaja, ya a nivel macro, es que resultaría un acuerdo tácito en que nos den preferencia como nación en los procesos de adquisición de los nuevos medicamentos”, menciona.
Mayorga sostiene que tendremos que esperar varios meses más, “adicionalmente es posible que se presente un evento adverso serio que cuestiona la seguridad de la vacuna y los estudios pueden detenerse en cualquier momento”.
“Cualquier estrategia de salud pública que podría reducir la gravedad de la enfermedad tendrá un gran impacto a reducir la demanda de servicios hospitalarios, reducir la mortalidad y aumentar indirectamente la inmunidad de toda la población. Por lo tanto, no debemos bajar la guardia y debemos interiorizar las tres secciones que claramente han demostrado ser efectivas: el uso obligatorio de mascarillas en espacios públicos, el distanciamiento social y la escrupulosa higiene de manos con agua y jabón”, finaliza.
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