Entre sus síntomas encontramos la confusión mental, la paranoia, problemas para hablar y la alucinación. Esta anomalía está vinculada con una alteración del reloj biológico de la persona.
Mientras que para una persona normal el día comienza en la mañana y el cansancio comienza a abatir al cuerpo a las cinco de la tarde en promedio, para una persona que sufre del síndrome de la puesta del sol o del ocaso el día recién comienza, explicó durante el programa La Rotativa del Aire el Consejero Médico de RPP Noticias, Elmer Huerta.
El síndrome de la puesta del sol es catalogado como un antecedente a anomalías mentales más severas. Hablamos de las demencias que se caracterizan por la pérdida del juicio, la orientación y la memoria.
“Si la persona tiene el síndrome de la puesta del sol se inquieta entre las cuatro y las cinco de la tarde. Cuando una persona presenta demencia, se calcula que el 20% de estas presenta el síndrome de la puesta del sol o del ocaso”, precisó Huerta.
Los adultos mayores son los que generalmente tienen este tipo de síndrome. Huerta afirmó que aquellos que cuiden a anciones deben reconocer los siguientes síntomas: confusión porque dejan de reconocer a las personas que los rodean; confusión mental o terquedad; paranoia; problemas para hablar y pensar; alucinaciones visuales; comportamiento errante porque el afectado puede gritar de la nada y volverse agresivo.
De acuerdo con la ciencia médica, sostuvo Huerta, cuando una persona sufre del síndrome de la puesta del sol ve alterado su ritmo circadiano. El reloj biológico de la persona cambia y por eso es que siente una sensación de energía en el momento en que cae el sol.
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