El esófago es un órgano esencial en nuestra digestión, pero puede verse afectado por diversos trastornos que impactan nuestra salud. Desde el reflujo hasta el cáncer, estas afecciones pueden alterar su funcionamiento de maneras diferentes.
El esófago es un órgano fundamental en el proceso de la digestión, ya que se encarga de transportar los alimentos desde la boca hasta el estómago. El doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP, explica que, después de masticar el alimento, se forma el bolo alimenticio en la boca, que se mezcla con la saliva. Este bolo es deglutido y se empuja por una serie de músculos ubicados en la garganta, que lo conducen hacia el esófago. Este tubo muscular, que se extiende desde la garganta hasta el estómago, se encarga de realizar un movimiento coordinado conocido como peristaltismo, que empuja el alimento hacia el estómago. Una vez que el bolo alimenticio llega al final del esófago, se abre una estructura llamada cardias, que permite que el alimento pase al estómago. Este proceso se repite cada vez que comemos, y sin el esófago, no podríamos llevar alimento al estómago, lo que haría imposible la nutrición.
El Dr. Huerta sostiene que el esófago es susceptible a diversas afecciones que pueden afectar su funcionamiento. Una de las más comunes es el reflujo gastroesofágico. Este trastorno ocurre cuando el esfínter que conecta el esófago con el estómago, conocido como el cardias, no se cierra adecuadamente después de que el alimento pasa al estómago. Esto permite que los ácidos gástricos y los jugos digestivos suban nuevamente al esófago, lo que puede causar irritación y daño en la mucosa esofágica. Esta irritación crónica puede, con el tiempo, llevar a complicaciones más graves, como el cáncer de esófago, ya que el esófago no está preparado para recibir estos jugos ácidos.
Además de los trastornos relacionados con el ácido gástrico, el esófago también puede presentar problemas en su musculatura. En algunos casos, el proceso de deglución no funciona correctamente y el alimento se queda atascado en el esófago, causando molestias y dificultad para tragar. Este síntoma puede estar relacionado con una condición llamada acalasia, un trastorno en el que los músculos del esófago no funcionan adecuadamente, impidiendo que el bolo alimenticio avance hacia el estómago. La acalasia es una afección relativamente común y puede diagnosticarse mediante una endoscopia, que permite observar el estado del esófago.
El cáncer de esófago es otro trastorno significativo que afecta a este órgano, indica el especialista. Este tipo de cáncer a menudo se presenta con síntomas similares a los de la acalasia, como la dificultad para tragar. A través de una endoscopia, se puede detectar un tumor en el esófago, que generalmente aparece como un crecimiento anómalo con aspecto de coliflor. El cáncer de esófago puede estar relacionado con varias condiciones y factores de riesgo, siendo uno de los más importantes el esófago de Barrett. Esta enfermedad, que se caracteriza por la presencia de daño crónico en el esófago debido al reflujo ácido prolongado, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer esofágico. Además, el consumo excesivo de alcohol, especialmente el alcohol concentrado, el tabaquismo y el uso de mate caliente, son factores que también predisponen al cáncer de esófago.
En resumen, el asesor médico de RPP menciona que el esófago es un órgano vital para el proceso de digestión y la nutrición, pero puede verse afectado por diversas enfermedades. El reflujo gastroesofágico, la acalasia y el cáncer de esófago son algunas de las condiciones más comunes que afectan este órgano. La prevención y el tratamiento temprano son fundamentales para evitar complicaciones graves y garantizar el buen funcionamiento del sistema digestivo.
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