A raíz del rebrote de fiebre amarilla en Bagua, el doctor Elmer Huerta ofrece información clave sobre esta enfermedad, resaltando la importancia de la vacunación como medida preventiva para evitar contagios y complicaciones graves.
Las autoridades sanitarias en el Perú han tomado medidas de prevención y control ante la detección de cuatro casos de fiebre amarilla en la región Amazonas, específicamente en las comunidades de Yamayakat y Uut, ubicadas en la provincia de Bagua. Estas acciones incluyen el envío de brigadas de atención y 30 mil dosis de vacunas para frenar la propagación de la enfermedad. Entre los casos confirmados, se encuentran dos menores de edad que lamentablemente fallecieron debido a la gravedad de la sintomatología.
¿Qué es la fiebre amarilla?
La fiebre amarilla es una enfermedad infecciosa causada por un virus que se transmite principalmente a través de la picadura de mosquitos, al igual que otras enfermedades como el dengue, el zika y la chikungunya. Según el doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP, esta enfermedad está limitada geográficamente, afectando principalmente a 34 países en África y 13 países en América, incluyendo a varias naciones de América Central y del Sur. Perú y Brasil son los países de la región con el mayor número de casos de fiebre amarilla, lo que ha generado preocupación en las autoridades sanitarias.
Aunque muchas personas infectadas con fiebre amarilla presentan pocos síntomas o síntomas leves, existe un pequeño porcentaje, aproximadamente el 10 %, que puede desarrollar complicaciones graves. El virus afecta generalmente al hígado, lo que provoca inflamación e ictericia (coloración amarilla de la piel y ojos). Además, las personas con síntomas graves pueden experimentar hemorragias por la nariz, boca o recto. En cuanto a la mortalidad, se calcula que un 60 % de los casos termina en muerte, lo que resalta la importancia de la prevención y el control de la enfermedad.
La fiebre amarilla se transmite cuando una persona entra en contacto con mosquitos infectados que previamente han picado a ciertos mamíferos, como el mono aullador (también conocido como mono carayá o araguato), que albergan el virus en su sangre. En la selva, los mosquitos se alimentan de la sangre de estos monos y luego buscan picar a seres humanos. Si una persona no está vacunada, el mosquito puede transmitirle el virus de la fiebre amarilla, lo que puede resultar en una infección peligrosa.
¿Por qué es importante vacunarse contra la fiebre amarilla?
La vacuna contra la fiebre amarilla es económica y casi 100% efectiva, lo que la convierte en una medida de prevención altamente recomendada. Una de sus principales ventajas es que brinda protección de por vida. Si alguien planea viajar a la selva, ya sea por motivos turísticos o laborales, se recomienda ponerse la vacuna al menos 10 días antes del viaje, ya que a partir de ese momento, entre el 60 y 70% de las personas ya estarán protegidas. Sin embargo, lo ideal sería vacunarse un mes antes del viaje, ya que en ese tiempo la protección alcanza el 100%.
"Entonces, este es el mensaje: si voy a la selva, voy al Amazonas, voy a San Martín o voy a lugares donde puede estar viviendo este mono aullador, pues me tengo que proteger con una simple vacuna que me va a durar toda la vida", dice el doctor Elmer Huerta.
¿Quiénes no deben recibir la vacuna?
El especialista explica que, aunque la vacuna contra la fiebre amarilla es segura y efectiva, no debe administrarse a ciertos grupos de personas. Aquellos que no deben recibirla incluyen a los niños menores de un año, personas mayores de 60 años, mujeres embarazadas, y personas infectadas con el virus VIH que reciben tratamiento con antirretrovirales. Además, la vacuna tampoco es recomendada para quienes tienen su sistema inmunológico muy debilitado, ya que la vacuna contiene un virus vivo atenuado, lo que podría representar un riesgo para estas personas.
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