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por Andrés Gallegos
·La gastritis aguda y la crónica son dos tipos de inflamación del estómago que varían en duración y causas, pero ¿cómo se distinguen y qué implicaciones tienen para nuestra salud?
La médica gastroenteróloga Claudia Azañedo explicó en el programa Espacio Vital, de RPP, que en el ámbito médico, la gastritis se refiere a la presencia de signos visibles de inflamación en el estómago, que pueden ser observados a través de una endoscopia, mostrando características como enrojecimiento, hinchazón o congestión. Sin embargo, la gastritis no siempre requiere una endoscopia para ser diagnosticada. En ciertos casos, los síntomas clínicos que los pacientes experimentan pueden ser suficientes para sospechar de esta afección. Estos síntomas incluyen molestias en la zona del epigastrio, que es la parte superior del abdomen, donde el paciente puede referir ardor o sensación de quemazón.
Uno de los síntomas más comunes que puede indicar gastritis es el ardor o sensación de vacío en la boca del estómago, que a veces se confunde con hambre. Esta sensación de incomodidad es un indicio importante para los médicos, ya que puede orientar el diagnóstico hacia una inflamación del estómago. A pesar de no requerir siempre una endoscopia, la combinación de estos signos clínicos y síntomas reportados por el paciente puede ser suficiente para hacer una sospecha de gastritis y comenzar el tratamiento adecuado.
¿Cuáles son las diferencias entre gastritis aguda y gastritis crónica?
Desde el punto de vista de su evolución la gastritis se clasifica en dos grandes grupos: la gastritis aguda y la gastritis crónica. La gastritis aguda puede aparecer de manera repentina y generalmente tiene una duración corta, mientras que la gastritis crónica se puede prolongar durante varios años si no se trata adecuadamente. Ambas condiciones tienen causas diferentes. En el caso de la gastritis aguda, sus causas más comunes incluyen el consumo de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno, la aspira o el naproxeno. Además, el consumo excesivo de alimentos copiosos, irritantes o muy picantes también puede desencadenar una inflamación temporal del estómago.
Otras posibles causas de la gastritis aguda incluyen la infección por bacterias o virus que afectan el estómago. El alcohol es otro factor comúnmente relacionado con la gastritis aguda, y cuando esta inflamación es provocada por el consumo excesivo de bebidas alcohólicas, se conoce como gastritis alcohólica.
Si la inflamación persiste durante meses, se considera gastritis crónica. Una de las causas más frecuentes de esta es la infección por la bacteria Helicobacter pylori, la cual puede ser difícil de detectar en sus primeras etapas. Debido a esto, muchas personas viven con la bacteria sin saberlo, lo que provoca una inflamación continua en el estómago. Además de esta causa bacteriana, existen otras formas más raras de gastritis, como las gastritis autoinmunes, que se producen cuando el sistema inmunológico ataca por error el revestimiento del estómago.
También existe un tipo de gastritis conocida como emocional, que se origina debido a la conexión entre el sistema nervioso y el tracto digestivo. Algunas personas experimentan síntomas de gastritis, como ardor en el estómago, náuseas o sensación de pesadez, como respuesta a eventos emocionales o situaciones de estrés. Estos síntomas pueden manifestarse en momentos de ansiedad o tensión, como cuando se enfrenta a situaciones difíciles en el trabajo o en la vida personal. Aunque la sensación de malestar desaparece una vez que la situación de estrés se resuelve, los síntomas pueden repetirse con el tiempo, causando episodios recurrentes de gastritis emocional.
¿Cómo se hace el diagnóstico de la gastritis?
La doctora Claudia Azañedo mencionó en RPP que el diagnóstico de la gastritis se basa en tres elementos principales: el interrogatorio o anamnesis, el examen físico del paciente y los exámenes auxiliares. Sin embargo, las dos primeras son las que tienen mayor peso en el proceso diagnóstico. Una anamnesis detallada permite al médico obtener información clave sobre los síntomas del paciente, lo que ayuda a identificar la posible causa de la gastritis. A través de un buen interrogatorio, el médico puede orientar su diagnóstico y decidir los pasos a seguir.
Por otro lado, el examen físico juega un papel importante para detectar signos de incomodidad o dolor en la zona del estómago, lo que puede confirmar la sospecha de gastritis o, en algunos casos, indicar que el problema podría estar en otra parte del abdomen, sugiriendo una patología diferente. En muchas situaciones, con una anamnesis adecuada y un examen físico exhaustivo, el médico puede sospechar de una gastritis e incluso iniciar un tratamiento. Sin embargo, si existen signos de alarma, factores de riesgo específicos, o si el paciente presenta síntomas atípicos o pertenece a un grupo etario vulnerable, se pueden solicitar exámenes auxiliares para confirmar el diagnóstico y asegurar un tratamiento adecuado.
¿Cuáles son los síntomas típicos de la gastritis?
Azañedo indicó que el dolor característico de la gastritis se presenta con una sensación de quemazón o ardor en la parte superior del abdomen, que algunos pacientes describen como una sensación de vacío o hambre constante que no se alivia a pesar de haber ingerido alimentos o líquidos. Este malestar puede ir acompañado de una baja de apetito y náuseas, que en algunos casos llegan a provocar vómitos. La incomodidad puede ser intermitente, ya que a veces se alivia temporalmente con la ingesta de alimentos, pero con el paso de las horas el dolor vuelve a aparecer, especialmente después de comidas más copiosas o pesadas.
Además de la sensación de ardor y vacío, otros síntomas comunes incluyen hinchazón abdominal, un aumento de los gases y la presencia de eructos frecuentes. Estos síntomas pueden generar una gran incomodidad en el paciente y empeorar con ciertos tipos de comida. La doctora señala que, aunque el malestar puede mejorar momentáneamente tras comer, lo más frecuente es que las molestias reaparezcan.
Cuando un paciente experimenta un dolor intenso que persiste a pesar del tratamiento, o presenta síntomas como heces negras o vómitos con sangre, se procede a realizar una endoscopia alta para investigar la causa del malestar. De igual manera, si el tratamiento inicial no ha tenido los resultados esperados, se realiza esta prueba para evaluar el estado del paciente y determinar el origen del dolor. Además, si se identifican factores de riesgo o si se observa que el paciente presenta cambios en la mucosa gástrica, como metaplasia, atrofia o displasia, la endoscopia se utiliza para hacer un seguimiento y monitorear la evolución de la condición.
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Andrés Gallegos Redactor
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