Hasta ahora se habían incorporado con éxito muchos compuestos saludables a los productos cárnicos pero nunca se habían hecho estudios con calcio.
Un equipo de científicas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha elaborado hamburguesas enriquecidas con calcio y ha constatado que el organismo podría absorber hasta un 14 por ciento del calcio añadido a estos alimentos, "contribuyendo así a alcanzar la dosis diaria recomendada por la Unión Europea".
Esta es una de las principales conclusiones de una investigación realizada con métodos "in vitro" y publicada en la revista Italian Journal of Food Science.
En una nota de prensa, la UCM recuerda que el reciente informe de la Organización Mundial de la Salud que relacionaba el consumo de carnes procesadas con el aumento del riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer "ha puesto en el punto de mira a los productos cárnicos".
Sin embargo, desde hace años, "muchos investigadores llevan desarrollando alimentos más saludables que aporten compuestos bioactivos cuyo efecto repercuta favorablemente en la salud del consumidor".
Dolores Selgas, profesora del departamento de Nutrición, Bromatología y Tecnología de la facultad de Veterinaria de la UCM y autora principal del trabajo, explica que hasta ahora se han incorporado con éxito muchos compuestos a los productos cárnicos como fibras, ácidos grasos omega-3, antioxidantes, vitaminas y minerales, pero nunca se habían hecho estudios con calcio.
Para este trabajo, el equipo científico utilizó diferentes lotes de hamburguesas preparadas con carne de ternera que fueron enriquecidas con distintos tipos de sales de calcio: gluconato, lactato y citrato-malato cálcico caracterizadas por su alta solubilidad, lo que facilita su absorción por el organismo.
Las sales de calcio se añadieron en diferentes concentraciones, intentando buscar un equilibrio entre la máxima concentración de calcio y las características propias de las hamburguesas.
Según la UCM, durante las pruebas las hamburguesas presentaron un olor, color y sabor sin apenas diferencias respecto a las tradicionales. EFE
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