Diferencias en la corteza insular cerebral están relacionadas al trastorno que hace a algunas personas mucho más sensibles a algunos ruidos.
Salud
La principal reacción de los pacientes con misofonía al enfrentarse ante el ruido molesto es la ira.
Si no soportas los sonidos de tus amigos comiendo galletas, cereal o pop corn, no te preocupes que esta molestia tiene una explicación científica. En una reciente publicación de la revista británica Current Biology se explica que dicha condición, denominada misofonía, un trastorno cerebral que hace a algunas personas mucho más sensibles a ruidos provocados por la boca.
“La misofonía es un desorden afectivo producido caracterizado por experimentar una serie de emociones negativas fuertes, como ira y ansiedad, que responden a sonidos cotidianos, como los generados por personas que comen, beben, mastican o respiran”, explica el artículo.
El estudio menciona que el cerebro de las personas que padecen de este trastorno está programado para producir una respuesta emocional ante los estímulos auditivos, como crujidos y respiración profunda, desencadenando una reacción de molestia.
Análisis. Los científicos analizaron 42 resonancias magnéticas nucleares de personas misofónicas y no misofónicas, tras ser expuestas a una variedad de ruidos como lluvia, viento, tráfico, gritos de bebés y sonidos que molestaban a cada uno de los voluntarios.
Los resultados mostraron que la corteza insular anterior del cerebro mostraba más actividad en casos de misofonía ante los estímulos. La corteza cerebral es la encargada de unir la información obtenida de los sentidos con algunas emociones.
Ataques de pánico. Elmer Huerta, asesor médico de RPP Noticias, comentó en La Rotativa del Aire que entre los síntomas de este trastorno se encuentran la sudoración fría, dolor de cabeza y los ataques de pánico frente a estímulos auditivos molestos.
El científico Sukhbinder Kumar, director del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Newcastle, explicó al portal de la BBC que la principal reacción de los pacientes es la ira. “Cuando escuchan los sonidos que disparan la reacción, la emoción dominante es la ira, el disgusto”, dijo.
Reacciones. Si bien esta es una investigación experimental, los científicos esperan comprender las diferencias de los cerebros misofónicos para diseñar tratamientos efectivos. Aunque aún no existe un tratamiento de manejo, muchas de las personas que padecen de esta condición consideran que el uso de tapones de oídos ayuda a disminuir la reacción.
El análisis explica que se evidencia el alza de ritmo cardiaco a causa de los molestos sonidos. “Por primera vez hemos demostrado a la comunidad médica escéptica que existe una diferencia en la estructura y la función cerebral de los enfermos de misofonía”, comentó Kumar.
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