La investigación encontró, además, que las mujeres con alto nivel de educación son las más propensas a ser víctimas de este tipo de hostigamiento laboral.
Descubre el canal de podcast Espacio Vital en RPP Player.
Una investigación científica demostró lo que miles de mujeres denuncian en el mundo: el acoso sexual y la agresión sexual hacia mujeres en el entorno laboral son experiencias comunes en mujeres de edad mediana. La violencia contra la mujer, además, tiene efectos negativos severos en la salud física y mental de las afectadas.
Hace dos meses en la revista de la Asociación Médica de Norteamérica se publicó un artículo elaborado por investigadores de las universidades de Pittsburg y de Harvard. En el estudio se analizaron los niveles de depresión, ansiedad, trastorno del sueño, hipertensión y presión alta en mujeres que habían sufrido acoso o agresión sexual en el trabajo y compararon los resultados con mujeres que no.
Fueron 304 casos de mujeres de entre 40 y 60 años los que fueron estudiados. Por supuesto, ninguna tenía registro de haber sufrido enfermedades cardiovasculares previas. Antes de analizar a las mujeres, se dejó en claro la diferencia entre el acoso sexual (hostigamiento sexual físico o verbal) y la agresión sexual (contacto sexual no deseado), dijo el Consejero Médico de RPP Noticias, Elmer Huerta.
Del total de mujeres señalado, el 20% manifestó haber sufrido acoso sexual y 22% de agresión sexual en el trabajo. Aparte del análisis físico, los investigadores también les realizaron cuestionarios para medir el nivel de ansiedad y depresión, agregó Huerta.
Las mujeres que sufrieron acoso sexual tuvieron casi el triple de probabilidades de sufrir presión alta en comparación con las mujeres que no lo sufrieron. Además de aumentar las probabilidades de sufrir trastorno de sueño hasta casi el doble.
La agresión sexual se asoció con dos a tres veces más probabilidades de sufrir síntomas depresivos, ansiedad y falta de sueño.
Un hallazgo particular de la investigación es que las mujeres que padecieron de acoso sexual o agresión sexual fueron las que tenían mayor nivel de educación. “No está clara la razón. Podría ser porque son empleadas en entornos dominados por hombres; tienen más conocimiento de lo que es acoso sexual y lo denuncian o también porque son percibidas como amenazadoras para los hombres”, explicó Huerta.
Comparte esta noticia