Durante la primera semana de enero de 2021, el Gobierno peruano anunció la compra de un millón de dosis de la vacuna de Sinopharm que llegarían este mes. Antes, el Ministerio de Salud publicó el Plan Nacional de Vacunación COVID-19 para definir algunos puntos importantes en la campaña de inmunización. ¿Cuál serán los principales retos a priorizar frente a la pandemia?
En medio de la pandemia de la COVID-19, la noticia de la compra del primer millón de dosis de la vacuna de Sinopharm por parte del Gobierno peruano ha puesto en relieve los principales retos a los que se enfrentará el país para desplegar la campaña de vacunación contra el SARS CoV-2, iniciando con las dosis ya pactadas en este primer mes del año.
Hace una semana, la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, comentó que el Plan Nacional de Vacunación contra la COVID-19, publicado por el Ministerio de Salud en octubre pasado, no es una estructura estática, sino que tendrá elementos adaptados a cada vacuna que obtenga el país para la inmunización de los peruanos.
“Su cadena de frío, la forma de distribución, los recursos humanos que se tengan disponibles. Y, por supuesto, recordando conceptos importantes en el proceso de vacunación: qué hacemos con la gran cantidad de residuos sólidos para no contaminar a la población, la vigilancia de todos los eventos de la vacunación, la vigilancia del fármaco mismo y, por último, lo que ya ha sido mencionado: la gran trascendencia de los sistemas de información”, afirmó.
“En ese primer momento vamos a tener un millón de dosis de vacunas a temperaturas entre 2ºC y 8ºC, la temperatura en la que solemos guardar (las vacunas). Se vacunará en la primera fase al personal de salud y los aliados de la salud (Minsa, EsSalud, Ejército, Marina, FAP, PNP, privados)”, mencionó.
La titular del sector anunció que la distribución de dosis a nivel nacional se haría a cargo del Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (CENARES) y tomaría entre 2 y 5 días. Además, que cada vacunador tomaría un turno de 6 horas y llegaría a un ratio de productividad de 90 personas por turno.
FACTORES A PRIORIZAR
El doctor Manuel Loayza, epidemiólogo y docente de posgrado de la universidad Norbert Wiener, sostiene que en una campaña de vacunación contra la COVID-19 se deben considerar factores como “identificar a la población o fases de vacunación dependiendo de la cantidad de vacunas que se tenga”.
“En este caso, las primeras fases están considerando al personal de salud, brigadistas, Fuerzas Armadas y policiales, bomberos, Cruz Rojas, miembros de mesa, serenazgo y limpieza”, menciona.
Loayza agrega que un segundo factor es “considerar la programación y logística suficiente para la vacunación, como un lugar seguro, los vacunadores, registradores, entre otros materiales”. El especialista indica que un tercer factor es “considerar la optimización de la cadena de frío que garantice la calidad de la vacuna” y, por último, “considerar el seguimiento de los pacientes, especialmente para verificar algún evento adverso posterior a la vacunación”.
Por su parte, Milagros Dueñas Roque, médico genetista de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UTP, sostiene que según el MINSA, los primeros en ser vacunados con el primer lote de vacuna de Sinopharm serán un grupo de 416,000 trabajadores de salud de primera línea.
“De acuerdo con Ezekiel Emanuel, médico eticista de la Universidad de Pensilvania, quien propone una forma justa de priorización de distribución de vacunas, en base a tres principios éticos: el primero es buscar el beneficio de la población y limitar el daño, esto se conseguiría a través del empleo de una vacuna con eficacia y seguridad comprobada; el segundo principio ético, es priorizar a población más desfavorecida en diferentes dimensiones, como económica, socialmente, con riesgo de muerte temprana y con vulnerabilidad médica; y el tercer principio ético, el tratamiento igualitario, evitando diferencias de género, raza, religión, entre otros”, sostiene.
Dueñas afirma que siguiendo estos tres principios éticos, se priorizarían a “trabajadores de salud, otros trabajadores esenciales y personas en alto riesgo de transmisión, como educadores, personas que trabajan en guarderías y proveedores de alimentos, personas que viven en asilos, así como personas de con condiciones de riesgo a peores resultados de COVID-19 como diabetes, enfermedad pulmonar, enfermedad cardiaca y obesidad”.
La comunicadora Vanessa Vertiz, presidenta de ALAFARPE y especialista en políticas y comunicaciones en la industria farmacéutica, resalta que “es difícil determinar el rumbo que esta pandemia va a tomar”.
“Sin embargo, la realidad no da tregua y por ello debemos crear estrategias para atender tanto a pacientes COVID-19 como no COVID-19 que se han visto afectados por la pandemia, impedidos de continuar sus tratamientos crónicos o incluso de iniciar diagnósticos”, menciona.
Vertiz agregó que otro punto importante, mencionado en su participación en CADE 2021 en la mesa “Salud para más peruanos, es el reto de la comunicación y la confianza sobre la campaña de vacunación contra la COVID-19.
“Para lograr coberturas útiles en vacunación, necesitamos el modelo de las tres C: confianza, conveniencia y competencia. Los 3 factores que pueden influir en la población a la hora de tomar una vacuna”, añade.
TRAZABILIDAD
“Cada módulo de registro de puntos de vacunación, nos permite hacer el seguimiento al paciente y no solo el seguimiento de la vacuna, sino también de los insumos. Nuestro vacunados va a tener su aplicativo móvil o en medio físico, de tal manera que se va a incluir en el aplicativo móvil. Se va a registrar al paciente con su DNI y también la vacuna, con el número de lote, dosis, fecha, hora y vacunador, para hacer una adecuada trazabilidad”, sostiene.
La ministra agregó que en el caso de los ciudadanos podrán conocer el punto de vacunación a través de un módulo web y en el aplicativo móvil tendrán disponible el carnet de vacunación.
El doctor Loayza sostiene que en la vacunación contra la COVID-19 se ha considerado que la efectividad de las vacunas está asociada a dos dosis, “por lo cual no sólo se debe tener una buena cobertura sino ver que no exista desabastecimiento en la segunda dosis de vacuna que haga la protección y genere los anticuerpos contra el SARS CoV-2”.
“En estos tiempos que existen diversas plataformas informáticas interoperables se deben crear registros electrónicos que permita identificar el seguimiento de los pacientes para completar la segunda dosis”, menciona.
El especialista agrega que más que un pasaporte de vacunación, como lo estaban planteando algunos países en el mundo, “debe existir una libreta electrónica de vacunación con accesibilidad por internet a ente operable por servicio de salud pública y privada”.
En ese sentido, Dueñas resalta que la trazabilidad en las vacunas es fundamental, porque “con ello se realiza el seguimiento de cada dosis a través de dispositivos que monitorean las condiciones y temperatura, desde su venta, almacenaje y distribución, garantizando que se cumpla la cadena de frío para que las vacunas lleguen en óptimas condiciones a su destino final”.
“Actualmente, a nivel mundial se está discutiendo el uso del pasaporte de vacunación para viajes internacionales e ingresos a algunos países; sin embargo, debido a que no hay suficiente cantidad de vacunas para toda la población, ello podría conllevar a algún de tipo de discriminación, considerando que los países más pobres tendrán un acceso a la vacuna COVID en una etapa más tardía y en menor cantidad”, añade.
CONFIANZA Y CONVENCIMIENTO
De acuerdo a un sondeo de la encuestadora Ipsos, publicado el sábado 16 de enero en el diario El Comercio, un 48% de los peruanos se negaría a recibir actualmente la vacuna, pese a que el país vive ya la segunda ola de contagios de COVID-19 y continúan en aumento las cifras de mortalidad en el Perú.
El doctor Loayza menciona que para hacer frente a la no aceptación de la vacuna, “las campañas de la vacunación contra la COVID-19 tienen un componente comunicacional importante que es identificar el riesgo en salud y protección que nos brindarán las vacunas”.
“En estas campañas identificar es importante los públicos primarios y enfocarse en los beneficios, accesibilidad, gratuidad y contribución qué hará en las personas en cortar la cadena de transmisión. También se deben enfocar tópicos sobre qué pasará si no se vacuna y los beneficios que podrían perder al seguir siendo susceptible para poder tener la enfermedad. Es importante que para esta campaña comunicacional participen diversos líderes de opinión que permitan generar adherencia a ésta y sobre todo dirigido a completar la segunda dosis, que da la efectividad y generación anticuerpos contra la COVID-19”, menciona.
En la misma línea, Dueñas resalta que “la comunicación de la información debe ser sencilla y clara, siempre con la verdad y basada en información científica fiable”.
“Es importante recalcar a la población que las vacunas, para ser aprobadas, han demostrado que son eficaces y seguras, a través de estudios de investigación rigurosos, como los ensayos clínicos, y por lo tanto vacunarse permitirá salvar vidas de muchas personas, sobre todo pertenecientes a los grupos vulnerables.
Se sabe, que muchas enfermedades han podido ser prevenidas con el uso de las vacunas, como la difteria, la influenza, el sarampión, paperas, meningitis, tos ferina, poliomielitis, rabia, rotavirus, rubéola, tétanos, varicela, fiebre amarilla, entre otras”, menciona.
Dueñas indica que el tiempo de protección varía entre cada vacuna, siendo que algunas pueden brindar protección por meses, años o toda la vida. “En COVID-19 aún no se conoce el tiempo de protección que brindarán las vacunas disponibles, por lo que habrá que evaluar los resultados de próximos estudios de investigación”, dice.
“Además, se debe tener en cuenta que el efecto de la vacunación no es inmediato, pues depende de varios factores como la eficacia de la vacuna, la rapidez con que se fabriquen, distribuyan y se administren a las personas. Por lo tanto, es recomendable que en tanto se disponga la vacuna se debe emplear las herramientas disponibles para disminuir el impacto de la pandemia como la detección temprana, el seguimiento de contactos, distanciamiento y uso de mascarillas”, finaliza.
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