A veces, un simple gesto puede parecer una insinuación, pero no siempre significa lo que creemos. Entender las señales y el contexto es clave para no malinterpretar las intenciones.
En las interacciones diarias, especialmente en entornos sociales y laborales, es común que surja la duda: ¿esa persona está siendo amable o me está coqueteando? La línea entre ambas actitudes puede ser difusa, ya que la interpretación depende no solo de la intención del emisor, sino también de la percepción del receptor.
Para abordar el tema, el psicoterapeuta José Baldeón analiza las señales que diferencian la amabilidad de la coquetería y los factores que influyen en su interpretación. Explica cómo la intención, el contexto y la percepción individual pueden determinar la manera en que estos comportamientos se entienden en distintos entornos.
La intención marca la diferencia
Según Baldeón, la clave para diferenciar entre amabilidad y coquetería está en la intención. "Cuando se habla de coquetería, la persona busca un acercamiento y que la otra persona también se acerque", señala. Por otro lado, la amabilidad se basa en la cortesía, sin una intención implícita de atraer al otro en un sentido romántico o seductor.
Sin embargo, la ambigüedad puede surgir cuando la amabilidad es interpretada como coquetería. "En el ser amable también tengo una intención de atraer a la otra persona, de que se acerque más a mí. Eso podría ser coquetería", explica el especialista. Aquí entra en juego la percepción del receptor.
El papel de la interpretación y las emociones
Baldeón enfatiza que nuestras emociones influyen en la manera en que percibimos las acciones de los demás. "Si esa persona me gusta, mi emoción de atracción puede llevarme a interpretar que esa mirada, ese gesto o esa amabilidad significan algo más". En otras palabras, la percepción está filtrada por los sentimientos y deseos personales.
Factores que influyen en la interpretación
Existen varios elementos que pueden influir en cómo se perciben los gestos amables o coquetos:
- Contexto cultural: En algunos entornos, una expresión amable puede considerarse coqueteo, mientras que en otros es simplemente una norma social.
- Autoestima y madurez emocional: "Una persona con carencias afectivas puede interpretar una simple amabilidad como una señal de interés romántico", indica Baldeón. Mientras tanto, alguien con una autoestima saludable podría entenderlo solo como un gesto cordial.
- Personalidad: Las personas extrovertidas y efusivas pueden ser malinterpretadas como coquetas cuando en realidad solo están expresando su carácter sociable.
- Relación con la otra persona: "El tipo de relación que tengo con alguien marca la interpretación", dice Baldeón. Un comentario cariñoso de un amigo puede entenderse distinto que el mismo comentario de un pretendiente.
¿Cómo evitar malentendidos?
Para prevenir confusiones, Baldeón recomienda ser conscientes tanto de la intención propia como de la percepción ajena. Algunas estrategias incluyen:
- Observar el contexto: Reflexionar sobre la situación y el tipo de vínculo con la otra persona.
- Ser claro en la comunicación: Si se nota una interpretación errónea, se puede aclarar amablemente.
- No asumir intenciones sin evidencias: Evitar sobreinterpretar las acciones de los demás sin tener certeza de su significado.
Distinguir entre amabilidad y coquetería no siempre es fácil, pero comprender la intención detrás de las acciones y ser conscientes de cómo influyen nuestras emociones y experiencias personales puede ayudar a evitar malentendidos en las relaciones cotidianas.
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