Ante el próximo inicio de las clases escolares en el país, es fundamental asegurarse de que los niños cuenten con una mochila adecuada para su salud y bienestar. La doctora Mabel Ramírez ha compartido valiosas recomendaciones para elegir y usar correctamente la mochila escolar, asegurando que se eviten problemas posturales y lesiones a largo plazo.
Elegir la mochila escolar adecuada para tu hijo es una tarea más importante de lo que parece. No solo se trata de elegir un diseño bonito o uno que combine con sus gustos, sino de tomar en cuenta varios factores que impactarán en su comodidad y salud. Desde el tamaño adecuado, que permita llevar sus libros y útiles sin sobrecargar su espalda, hasta el buen sistema de distribución del peso. ¿Cuáles son las características de una buena mochila escolar?
En primer lugar, la doctora Mabel Ramírez, especialista en medicina física y rehabilitación pediátrica, señala que uno de los aspectos más importantes al elegir una mochila escolar es el peso que esta debe soportar. Según la especialista, el peso de la mochila no debe superar el 10 o 15 % del peso corporal del niño o adolescente. Esto significa que si un niño pesa 40 kg, la mochila no debería superar los 6 kg.
Además, la distribución de los objetos dentro de la mochila es clave para evitar posibles lesiones. La Dra. Ramírez explica que los objetos más pesados deben ir lo más cerca posible del cuerpo del escolar, preferiblemente en la parte posterior de la mochila. De esta manera, se reduce la tensión sobre la espalda y se favorece una postura más adecuada.
Ramírez precisa que las mochilas con ruedas no son malas, pero es crucial saber cómo usarlas correctamente. Si se trata de una mochila con cuatro ruedas, lo ideal es que el estudiante la lleve al costado mientras camina, de modo que el peso se distribuya de manera uniforme y no cause esfuerzo innecesario. Sin embargo, si la mochila tiene solo dos ruedas y cuenta con un soporte de descanso, se debe evitar jalarla, ya que el peso puede generar una tensión excesiva en la espalda y causar lesiones. En este caso, lo recomendable es empujar la mochila hacia adelante, asegurando que el niño no tenga que hacer fuerza al arrastrarla.
Otro aspecto clave sobre las mochilas con ruedas es cómo levantarlas de manera adecuada. Para evitar lesiones, es fundamental flexionar las piernas y las rodillas al levantar la mochila, en lugar de hacerlo con la espalda recta. Las rodillas deben estar ligeramente flexionadas para permitir que el cuerpo se agache de forma correcta, usando la fuerza de las piernas en lugar de forzar la espalda.
En cuanto a las mochilas de dos asas, es recomendable que cuenten con acolchado en la parte posterior para ofrecer mayor comodidad y soporte en la espalda. El alto de la mochila debe cubrir toda la espalda, incluyendo la zona lumbar, para garantizar una distribución equilibrada del peso. Por eso, muchas mochilas están equipadas con cinturones ajustables, que ayudan a fijar mejor la mochila al cuerpo.
Además, es esencial que el ajuste de las asas sea proporcional al tamaño del niño o adolescente, para evitar tensiones innecesarias. Algunas mochilas incluso incluyen seguros en la parte delantera, los cuales permiten ajustar la mochila más cerca del cuerpo, favoreciendo una mejor postura y evitando que el peso se desplace.
Una buena mochila debe contar con varios compartimientos, ya que esto permite organizar y distribuir mejor los objetos. En el compartimiento principal, que suele estar en la parte trasera, deben ir los libros más grandes o la laptop, ya que este es el lugar donde se concentra el mayor peso.
La mochila está diseñada con dos asas para distribuir el peso de manera equilibrada en ambos hombros y evitar una carga excesiva en un solo lado del cuerpo. Es fundamental no usar la mochila colgada solo en un hombro, ya que esto puede generar un desajuste en la postura y sobrecargar un lado de la espalda, lo que con el tiempo puede causar dolores o lesiones.
La doctora Mabel Ramírez también destaca la importancia de mantener una buena higiene postural al utilizar las carpetas escolares. Es esencial que, al estar sentado, los pies estén bien apoyados en el piso, formando un ángulo de 90° con las rodillas. Además, la espalda debe mantenerse bien pegada al respaldo de la silla, evitando inclinarse hacia adelante o sacar el pecho. Si las rodillas no forman ese ángulo adecuado de 90°, es recomendable ajustar la altura del asiento para que los pies queden completamente apoyados en el suelo, promoviendo una postura correcta que prevenga molestias o problemas musculares.
Una mala postura a largo plazo puede desencadenar diversos trastornos posturales, que incluyen dolores lumbares, cervicales y contracturas musculares. Estos problemas pueden afectar la calidad de vida y generar molestias constantes. Para prevenirlos, se recomienda realizar pausas activas cada hora y media o cada dos horas, utilizando ese tiempo para hacer pequeños estiramientos que alivien la tensión acumulada en los músculos. Estas pausas son clave para mantener una postura saludable y evitar las consecuencias negativas de estar mucho tiempo en la misma posición.
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