Según especialistas australianos, la actividad física debe debe ser parte fundamental de los tratamientos para los pacientes con cáncer pues disminuye los efectos adversos de las terapias aplicadas.
El ejercicio físico debe ser parte de los tratamientos para los pacientes con cáncer porque ayuda a contrarrestar los efectos adversos de la enfermedad y las terapias que se aplican, concluyó la Sociedad Clínica Oncológica de Australia. "Las investigaciones clínicas han establecido que el ejercicio es seguro y efectivo en la intervención para contrarrestar los efectos físicos y psicológicos adversos del cáncer y su tratamiento", dijo la institución en una declaración.
El anuncio, el primero del mundo en defender las beneficios del ejercicio en el tratamiento del cáncer, ha sido respaldado por 25 organizaciones del campo de la salud y la oncología australianas, incluido el Consejo del Cáncer de Australia. Según el documento, las personas que hacen ejercicio tienen un menor riesgo de padecer de nuevo cáncer o de morir a causa de la enfermedad.
"Realmente estamos en una etapa en que la ciencia nos dice que el retener a los pacientes de cáncer de hacer ejercicios puede ser dañino", dijo la autora de la declaración, Prue Cormie, de la Universidad Católica Australiana, a la agencia local de noticias AAP.
"Los ejercicios son la mejor medicina que una persona con cáncer puede tomar además de sus tratamientos estándares contra el cáncer", añadió. "Esto es porque sabemos que la gente que realiza ejercicios regulares experimentan efectos colaterales menores o menos severos de sus tratamientos, como la fatiga vinculada al cáncer, el estrés mental o la calidad de vida", aseguró Cormie.
La declaración acompañó un informe en el que los expertos recomiendan que los pacientes con cáncer eviten la inactividad e intenten retornar lo más pronto posible a sus actividades normales. Estos sugieren que los pacientes intenten realizar progresivamente al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada o 75 minutos de movimientos intensos aeróbicos por semana.
También, dos o tres ejercicios de resistencia física semanales que impliquen ejercicios moderados a intensos de los principales grupos de músculos. Los ejercicios deberían ser diseñados específicamente de acuerdo a las habilidades de los pacientes con cáncer por expertos, agregó el documento. EFE
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