Un estudio explica que esta “confusión” es un error de clasificación de conceptos que hace nuestra memoria.
Vivir bien
Un estudio de la Universidad de Duke en Carolina del Norte, en Estados Unidos, comenta que la explicación a esta “confusión” es un error de clasificación de conceptos que hace nuestra memoria.
Para muchos hijos resulta común que las madres los llamen con una larga lista de nombres, que incluye la de sus hermanos, sobrinos, tíos y hasta el de su mascota. Esta situación es más común de lo que se cree y la ciencia lo confirma.
Un estudio de la Universidad de Duke en Carolina del Norte, en Estados Unidos, comenta que la explicación a esta “confusión” es un error de clasificación de conceptos que hace nuestra memoria. Maribel Briceño de Maestre, psicóloga clínica y psicoterapeuta comenta.
“Si hablamos de memoria semántica podemos decir que es la forma en la que entendemos significados. Por ejemplo, la memoria semántica incluye los nombres de los colores o el nombre de nuestros hijos y cómo los vamos almacenando en nuestra memoria. No olvidemos también, que la memoria es el resultado de la interconexión de diferentes redes de memoria que se expande por toda la corteza llegando más allá de los límites morfológicos. Hay dos zonas en las redes de memoria que son bastante importantes: el hipocampo, que tiene que ver con la memoria asociativa; y, por otro lado, el núcleo amigdalino que tiene que ver cómo asociamos afectos, emociones y percepciones. Y por ahí, tal vez, pasarán también el nombre de nuestros hijos”, explica.
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La investigación a cargo de psicólogos y neurocientíficos descartan que la confusión entre los nombres de nuestros familiares más cercanos se deba a un desgaste neurocognitivo relacionado a la edad.
La investigación a cargo de psicólogos y neurocientíficos descartan que la confusión entre los nombres de nuestros familiares más cercanos se deba a un desgaste neurocognitivo relacionado a la edad.
“Yo creo que no tiene que ver ni con la edad ni con la nacionalidad ni con la raza, sino que tendría que ver más bien con un error cognitivo”, afirma.
Investigadores sostienen que pasa con nombres de personas cercanas. ¿La razón? La manera en la que almacenamos los nombres. Se da por grupos semánticos: familia, amigos, conocidos. La confusión se da entre nombre del mismo núcleo (en este caso, familiar).
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