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La tristeza es más útil que un optimismo excesivo

Las emociones negativas cumplen funciones adaptativas que nos ayudan a sobrevivir. La clave es saber gestionar.

Vivir bien

Tristeza

"¡Sonríe!", "mira lo positivo", "a mal tiempo buena cara", son frases que con toda la buena intención del mundo nos dicen o decimos cuando asoma la tristeza. Sin embargo, las emociones negativas pueden ser más útiles que un optimismo excesivo.

La tendencia humana tiende a reprimir o negar aquello que nos hace sufrir o nos borra la sonrisa del rostro, pero la clave es: saber gestionar.

El psicoterapeuta peruano José Baldeón destaca que las emociones negativas cumplen funciones adaptativas que nos ayudan a sobrevivir. "Por ejemplo, el miedo activa el cuerpo y la mente para la defensa, la huída o para enfrentar el peligro".

El especialista nos habla además de una 'terapia del dolor' que permite entender por qué es mejor dejar que fluyan nuestras emociones.

1. Abrazar el dolor. "Reconozco que estoy triste, que me duele, que hay sufrimiento. No lo niego, no trato de hacerme el valiente, no enmascaro, no muestro una sonrisa falsa".

2. Soltar el dolor. "Demanda que perdone y sane los vínculos con otras personas o con Dios, si se es creyente".

3. Restructurar nuestra mente y pensamientos. "Entender por qué me sucedió y qué provecho o lecciones arranco a la vida".

El ‘vivir’ la tristeza lo podemos extrapolar con el optimismo desbocado. "No se puede ser un optimista ciego, tienen que serlo en base a realidades, a recursos y potencialidades. De lo contrario, se entra a lo patológico y bipolar. El equlibrio es salud", dice Baldeón.

Cuando se tiene claro que siempre hay una posibilidad de no triunfar, eso hace que resistamos una caída. En cambio, el optimista patológico no considera que las cosas pueden salir mal.

El fútbol es un buen escenario para entender que el optimismo excesivo no es aconsejable.
El fútbol es un buen escenario para entender que el optimismo excesivo no es aconsejable. | Fuente: Getty Images

El fútbol es un buen escenario para entender esta situación. Un estudio de la Universidad de Ohio (Estados Unidos) concluyó que las emociones negativas sí permiten que los fanáticos puedan disfrutar el juego. Se argumentó que la exaltación es mayor ante un resultado favorable, si durante el torneo no hay muchas expectativas y se cree que el equipo puede perder.

"La persona que tienen el optimismo demasiado alto, cuando no alcanza la meta se va a frustrar y muchas veces se descarga con la agresión o los actos vandálicos. Esa frustración es porque se han puesto objetivos muy altos o porque no contemplan la posibilidad de no poder lograrlos”, señala el psicoterapeuta.

Entonces, no deformemos los fundamentos de la psicología positiva ni caigamos en una "dictadura" del optimismo, como sostiene la activista americana Bárbara Ehrenreich. En su libro “Sonríe o muere: La trampa del pensamiento positivo”.

"El que va a triunfar en la vida es una persona que considera que en el camino al éxito siempre va a haber peldaños de fracaso y está siempre consciente que debe saber manejar esos tiempos y periodos", concluye Baldeón.

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