Nueva investigación resalta que existen tres niveles de daño mental por este síndrome: la depresión, la despersonalización o desgano intenso y la sensación de que “no existe futuro”. En el Perú, los jóvenes internos y residentes son los más afectados.
Las investigaciones relacionadas a la salud, en general, están vinculadas a la mejora del servicio para el paciente, sin embargo, se nos olvida que para que exista una mejora en salud de calidad, el médico también debe tener condiciones mínimas de bienestar.
De eso es lo que trata la nueva investigación publicada en la revista de la Asociación Médica Estadounidense (JAMA por su sigla en inglés), que examina los efectos negativos que tiene el denominado síndrome del “burnout" o "médico quemado”.
Dicho síndrome se define como una afectación a la salud mental del profesional de la salud que lo deja “quemado” por el estrés de la labor médica con los pacientes. Es una reacción adversa hacia las malas condiciones de trabajo, explicó el Consejero Médico de RPP Noticias, Elmer Huerta.
Las razones por la que existen los médicos quemados están el mal pago, la carga de horas, el enorme número de pacientes en cortos períodos de tiempo, falta de progreso y la rutina de trabajo.
La investigación es un metaanálisis, que es un estudio de investigaciones pasadas sobre el mismo tema. La población médica analizada fueron 47 médicos de países desarrollados, entre 60% hombres y 40% mujeres con una edad media de 38 años.
El síndrome del “médico quemado” puede tener efectos en la mente del médico a tres niveles: primero, con cansancio mental y depresión; luego la despersonalización que consiste en un desgano total por la salud de los pacientes; al final, se puede alcanzar un estado en que el médico piensa que alcanzó un tope profesional, que ya no existe futuro, se explica en la investigación.
“Un médico que está deprimido, que está triste. Siente que ya no hay progreso para él. Eso va a influir mucho en el tipo de atención que da y el impacto que va a tener su trabajo sobre los pacientes y el sistema de salud”, sostiene Huerta.
La salud del paciente peligra
Las conclusiones indican que los “médicos quemados” tienen dos veces más probabilidad de dañar a sus pacientes con decisiones equivocadas como recetas médicas erróneas u operaciones malhechas.
Además, existen impactos diferenciados de acuerdo al nivel del burnout que se alcance. Si el médico sufre más de despersonalización, tiene hasta 4 veces más probabilidad de que los pacientes se sientan insatisfechos con el servicio, mientras el que está deprimido tiene dos veces la posibilidad de dañar a los pacientes.
En Perú ya se han realizado estudios científicos sobre el caso, dice Huerta, pero los resultados son variados. Una investigación señala que el fenómeno del médico quemado alcanza a 3% de los profesionales de la salud del país, mientras que otros estudios afirman que este síndrome supera el 50% de la población médica nacional.
“Hemos encontrado estudios que en el Perú indican que la mitad de los jóvenes internos y los residentes ya tiene este síndrome del médico quemado”, agrega Huerta. En Estados Unidos más de la mitad de la población de los profesionales de la salud (55%) lo sufre.
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