Pese a todos los esfuerzos por reducir los niveles de contaminación atmosférica, el aire que respiran los limeños no logra alcanzar los niveles que la norma peruana y la OMS califican como saludable.
Lima es una de las ciudades con el aire más contaminado de Latinoamérica, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El aire contaminado es un ‘asesino silencioso’ que acaba con la vida de muchas personas. Estamos ante el principal problema de salud pública de algunos distritos, como Lima, Comas, Carabayllo y San Juan de Lurigancho (DIGESA, 2012), y uno de los mayores problemas ambientales del país.
Según un estudio realizado en Lima Metropolitana y Callao en el año 2011, se determinó que el principal contaminante presente en Lima y Callao sigue siendo el material particulado PM10 y PM2.5, el mismo que se dispersa de sur a nor-este por acción de los vientos. Esta acción contribuye al incremento de enfermedades respiratorias de la población expuesta en los distritos ubicados en esas zonas.
Estas partículas contaminantes producto de la combustión incompleta de la quema de gasolina, diésel y entre otros metales peligrosos, son las más nocivas ya que pueden ingresar directamente en los pulmones debido a su diminuto tamaño. Asimismo, al momento de ser respirados llegan con facilidad a los pulmones causando alergias y enfermedades respiratorias.
Pequeña esperanza
Lima ha ido reduciendo su alto nivel de contaminación atmosférica, según mediciones de los últimos 15 años efectuadas por la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa).
Pese a los esfuerzos hechos hasta ahora, el aire que respiran los limeños no logra alcanzar los niveles que la norma peruana y la Organización Mundial de la Salud (OMS) califican como saludable.
Según Francisco Fuentes, del Área de Vigilancia de la Calidad del Aire de Digesa, esta reducción está relacionada con la renovación de una parte del parque automotor y con el uso de gas natural y gas licuado de petróleo en vez de diésel y gasolina. Sin embargo, hoy queda mucho por hacer.
Asimismo, se ha podido identificar que existe mejora en los valores de Dióxido de Azufre (SO2) los cuales han disminuido considerablemente con respecto a otros años. Esto debido a la disminución de azufre (ppm) en los combustibles y el uso de combustibles más limpios como el gas natural vehícular, entre otros.
Todos podemos contribuir con el cuidado del medio ambiente y para eso, podemos empezar a utilizar otras fuentes de energía menos dañinos para el aire, como el gas natural.
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