Una persona que no haga actividad física considerable y consuma estas bebidas puede sufrir desde arritmias, insomnio y hasta una muerte súbita por los impactos negativos al cerebro y el corazón.
No es difícil observar en las calles de Lima, en especial en las horas con altos niveles de calor, que las personas abandonaron las gaseosas heladas por las bebidas energizantes para supuestamente refrescarse y ‘rehidratarse’. Entre los taxistas y trabajadores del transporte público es bastante popular el consumo de estas bebidas por su agradable sabor al gusto y porque ‘los mantiene despiertos’.
Todas esas creencias son falsas y el consumo de estas bebidas puede originar hasta la muerte, de acuerdo con el nutricionista del Instituto Nacional de Salud (INS), César Domínguez, quien explica que el consumo compulsivo de estas bebidas crece porque existe una confusión entre lo que son las bebidas energizantes con las rehidratantes. “Pensar que me estoy hidratando con las bebidas energizantes es mentira”, aseveró.
Los impactos negativos que puede producir el consumo excesivo de las bebidas energizantes están vinculados a las dos sustancias perjudiciales para el ser humano: el azúcar y la cafeína.
“Entre los daños más simples que puede ocasionar el consumo excesivo, continuo y crónico de las bebidas energizantes están el elevar la presión arterial, insomnio, arritmias y falta de apetito”, detalló Domínguez. Sin embargo, esos no son los únicos impactos.
Los energizantes líquidos pueden también originar convulsiones y la muerte súbita por el de enfermedades cardiovasculares. También puede originar un cambio en el carácter del consumidor como volverlo más irritable y más nervioso.
Una botella personal promedio de una bebida energizante puede equivaler desde una hasta cuatro tazas de café y hasta diez cucharaditas de azúcar. “La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que solo se pueden permitir el consumo de hasta 10 cucharaditas de azúcar. Si se consumen más se pueden desarrollar enfermedades no transmisibles como la diabetes”, precisó Domínguez.
Lo que se recomienda es que se abandone este tipo de bebidas y se consuman entre seis a ocho vasos de agua. Solo en caso una persona haga deporte de manera constante, puede tomar bebidas rehidratantes, que son aquellas que tienen minerales necesarios para el metabolismo.
Comparte esta noticia