Los problemas respiratorios y cardiovasculares son las principales consecuencias de la exposición a una mala calidad de aire. Conoce qué puedes hacer para evitar este contacto.
Conocemos el problema ambiental que provoca el aire contaminado tanto para nuestra generación como para las siguientes, dependiendo de la frecuencia y la fuente de polución. Sin embargo, necesitamos estar cada vez más alertas de las consecuencias que causa en nuestro organismo.
Tengamos presente algunos datos importantes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el aire contaminado tanto en ciudades como en sitios rurales causó tres millones de muertes prematuras en el 2012 a nivel global, sobre todo en países de bajos y medianos ingresos, y en el 2013 concluyó que era cancerígeno para los humanos. No solo eso. Esta entidad mundial ha asegurado que, si reducimos la contaminación del aire, las cifras de infartos, daños cardiovasculares, cáncer al pulmón, asma y enfermedades respiratorias bajaría drásticamente.
Los investigadores del instituto King’s College de Londres han confirmado recientemente que los niveles de partículas tóxicas de aire provenientes del tráfico y de la combustión están directamente asociados a un incremente de hospitalizaciones y muertes por enfermedades cardiacas y respiratorias, tanto en niños como en jóvenes. Además, el Instituto Nacional de Ciencias Ambientales y de Salud (NIEHS por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos advierte que la exposición al aire contaminado acarrea enfermedades respiratorias como el asma y cambios en las funciones pulmonares, así como peligros para las mujeres embarazadas.
¿Qué podemos hacer para evitar estas complicaciones? El NIEHS aconseja que la contaminación del aire en espacios cerrados puede reducirse asegurándose que la edificación esté bien ventilada y limpiándose regularmente, para evitar el polvo y el moho. Además, hay que reducir el uso de aerosoles dentro del hogar. Con respecto al aire externo, la mejor forma es evitar el tráfico sobre todo en horas punta y alejarse del humo del cigarro.
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