Avelina Cruz es un ejemplo para las mujeres artesanas. Su gran disciplina y pasión por el tejido, le ha permitido salir adelante sin importar su discapacidad. Conoce la historia de una cusqueña que lucha por sacar adelante a toda a su comunidad, a través de la artesanía textil.
De niña, Avelina Cruz pasaba sus tardes corriendo detrás de las ovejas que se escapaban de la manada por las hermosas llanuras de Quispicanchi, en Cusco. Sin embargo, luego de que su madrina, Glaudiana Turpo, clavara en el piso de su casa las típicas cuatro estacas que son la base para el trabajo con tejido, Avelina encontró su propósito de vida: ser tejedora.
Con tan solo 9 años, Avelina Cruz aprendió el tejido de cuatro estacas, el tradicional tejido de su ciudad natal. Al principio, tejía para su propio uso y utilizaba lanas de oveja y de alpacas para confeccionar sus primeras frazadas y prendas.
A los 25 años, se mudó a Sicuani con su hija y, con el tiempo, experimentó una fusión de las tradiciones textiles de las provincias de Canchis y Quispicanchi. Avelina logró unir las iconografías típicas de esas zonas, como las grandes flores y las lagunas, así como el uso de los matices de rojo.
Avelina usa telas de alpaca para crear chalinas, chompas y bolsones que vende en ferias de artesanía junto a su esposo, quien no duda en ayudarla en los quehaceres manuales que ella no puede hacer, debido a su discapacidad.
Ejemplo de mujer para las mujeres artesanas
A pesar de las dificultades que enfrenta para mover su mano como consecuencia de la caída de un rayo que cayó en su casa cuando era niña, ha logrado dominar el arte de la artesanía textil y sacar adelante a su comunidad. A diferencia de otras personas, avanza más lento, pero siempre termina sus trabajos, comenta.
Avelina es un ejemplo para las mujeres artesanas porque demuestra que, a pesar de las dificultades, se puede salir adelante. Ella es capaz de producir artículos innovadores y necesarios, mientras que promueve y conserva el patrimonio cultural de su comunidad.
Este año, ha recibido un reconocimiento de la Comisión de la Mujer y Familia del Congreso de la República del Perú, en la categoría “Peruanas que luchan por mantener la cultura viva”, en el marco del Día Internacional de la Mujer.
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