Los países más competitivos son aquellos que se han desarrollado en términos de la IC.
El Perú cuenta con más de 20 Tratados de Libre Comercio (TLC), los cuales representan una oportunidad importante para ampliar los mercados para las empresas peruanas, pues se liberan los aranceles a la importación y nuestros productos pueden llegar a menores precios para un amplio sector de consumidores de los otros países. Sin embargo, esta oportunidad no es automática y se requiere que el sector empresarial mejore en productividad y calidad de sus productos.
Ello se puede lograr con un mayor uso de los servicios de infraestructura de la calidad (IC) por parte de las empresas y mayor preocupación por cumplir con las normas técnicas y los estándares de calidad establecidos.
Si el Perú quiere ganar más competitividad debe tener estándares internacionales para competir de igual a igual con las empresas extranjeras. Por ello, los empresarios y productores deben implementar estándares de calidad en cada uno de sus procesos de producción. Está claro que si el empresario quiere subsistir en el mercado tiene que ofrecer un producto de igual o mejor calidad que el de la competencia.
¿Qué gana un productor o empresario con calidad?
El empresario tendrá mayores posibilidades de ampliar su mercado, de ganar licitaciones y estará mejor posicionado dentro de su rubro. Además, tendrá trabajadores más productivos y calificados, capaces de desempeñar de manera sobresaliente su rol en la empresa, y de ir escalando poco a poco en ella. Ahorrarán en tiempo y materiales; sin duda, ser un productor de calidad lo volverá más competitivo en el mercado nacional e internacional. El empresario debe ver la calidad como una inversión.
¿Y el consumidor?
Debe preocuparse por comprar todos los productos en establecimientos de confianza, así como informarse sobre las etiquetas de calidad. Es necesario que se fije en la fecha de vencimiento del producto, así como en sus características. Si el consumidor no está educado en dicha lectura, es muy fácil que se deje llevar por cualquier vendedor informal. La etiqueta debe ser la herramienta ideal de comunicación transparente y clara entre los productores y los consumidores.
Si uno como consumidor exige calidad como un derecho, las empresas estarán obligadas a producir bajo esos estándares, y poco a poco se irá construyendo un país con mejores prácticas y más competitivo.
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