Esta comunidad se comunica a través de la lengua yine, una de las 48 lenguas originarias del Perú. Sus costumbres y cosmovisión única del mundo necesita revalorizarse, al igual que su forma de comunicación.
La población yine está conformada por 2,680 personas que se ubican a lo largo de los departamentos Ucayali, Madre de Dios, Loreto y Cusco, según el último censo del 2017 y posee una de las 48 lenguas originarias del Perú: la lengua yine. De hecho, esta palabra proviene de “yineru” que significa “verdaderos hombres” o “gente por excelencia”, según datos del Ministerio de Cultura.
Los yine tienen una gran capacidad de navegación y viven de la pesca, caza y siembra: cosechan plátano, yuca, camote, algodón y arroz. Según el investigador Ricardo Álvarez, sus viviendas han sido construidas tradicionalmente a orillas de los ríos más caudalosos como el Urubamba y el Madre de Dios. Además, tienen como costumbre pintar parte de su cuerpo con el tinte natural proveniente del árbol de la genipa o huito sobre todo para ceremonias y rituales.
La mujer yine: el centro del pueblo
La mujer cumple un rol importante en la organización de la sociedad yine, sobre todo en el mantenimiento de conocimientos ancestrales y en la cohesión del pueblo, lo cual ha sido sustentado por investigadores como Smith y Álvarez.
Un ejemplo perfecto del empoderamiento femenino en los yines está en que no tienen diferencias en cuanto al trabajo. Según la Red Educativa Regional de Cusco, en esta cultura las mujeres pueden desempeñar las mismas actividades que los hombres, por ejemplo, cazan y pescan al igual que ellos. De igual manera, pueden elegir también dedicarse a la artesanía y a la creación de telares.
Creencias ancestrales: los espacios yine
De acuerdo con el libro sobre educación intercultural bilingüe con motivo del pueblo yine publicada por el Instituto CILA de la Universidad San Marcos y UNICEF, los yine consideran 3 espacios que interactúan constantemente, en ellos el ser más importante es el “kagonchi”, un ser que guarda la sabiduría del pueblo y que puede atravesar los espacios bebiendo ayahuasca.
- Los espacios de arriba: Conformado por el “espacio de las aves”; el lugar “donde viven los dioses”, el “cielo de Goyakalu”: un ambiente lleno de luz donde vive un espíritu sin cuerpo que lo sabe todo; y el “espacio sobre todos los cielos”: un lugar inhabitado donde no llegan ni los espíritus ni el ser humano.
- Los espacios de la tierra: Conformado por el “lugar de los kagonchi”: un santuario en el centro del mundo, y el lugar “donde viven las y los yine” que es habitado por todos los humanos.
- Los espacios de abajo: Conformado por la “morada de los difuntos”: donde van las almas de quienes mueren; el “mundo debajo de la tierra”: un espacio habitado por las y los yine; y el “mundo debajo del agua”: donde viven los peces, rayas, duendes y sirenas.
La cultura yine tiene un conjunto de valores culturales únicos y oficios que merecen conservarse. Es importante revalorizar su lengua para preservar toda esta cosmovisión del mundo y tener un país más justo y con mejores oportunidades para todos. Así como este, otros 54 pueblos indígenas luchan cada día para que sus lenguas sean revitalizadas y tengan un trato igualitario.
Comparte esta noticia