El sector económico ha sido uno de los más afectados por la pandemia. Millones de peruanos y peruanas han quedado desempleados y la informalidad ha crecido. ¿Qué se debe tener en cuenta para reactivar la economía?
Ya cumplimos más de un año enfrentando la pandemia del coronavirus, una crisis sanitaria que ha dejado muy golpeado al sector económico. Miles de empresas han quebrado y muchas otras han tenido que reducir su personal, generando que miles de peruanos y peruanas queden desempleados.
Datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) indican que más de 2,2 millones de peruanos quedaron desempleados al cierre del año pasado. Ante la grave situación, el Gobierno ha creado diversas medidas como la entrega de bonos, subsidios a la planilla, el programa Reactiva Perú, entre otros, que, hasta fines del 2020, equivalían a S/142 272 millones.
En marzo de este año, el presidente Francisco Sagasti aprobó medidas por más de S/ 800 millones para programas como empleo temporal, apoyo a pequeñas y micro empresas, bonos para familias vulnerables y asistencia alimentaria. Con ellas, se planea ayudar a la reactivación económica del país, un reto urgente para salir de la crisis. ¿Cómo lograrlo? A continuación, repasamos cinco aspectos a tener en cuenta:
1) Trabajar por la formalización laboral
Con la pandemia, se ha hecho más visible la informalidad y la calidad del empleo se ha visto afectada. La Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) indica que entre julio de 2019 y junio de 2020, la tasa de empleo informal ascendió a 74,3%. Mientras que un estudio del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), de noviembre de 2020, indican que un 75.3% de los trabajadores peruanos son informales.
La Organización Internacional de Trabajo (OIT) en el documento “Perú: Impacto de la COVID-19 en el empleo y los ingresos laborales”, resalta que un 40,8% del empleo en Perú se encuentra en sectores de riesgo alto. Además, “los grupos más vulnerables tienen mayor riesgo de pérdida de empleo (...) Los sectores de riesgo alto están caracterizados por tener una fuerte concentración de empleo femenino y empleo juvenil”.
Ante esta crítica realidad, la OIT recomienda tomar acciones como promover el desarrollo de actividades tecnológicas con potencial de empleo, implementar un plan de inversión en educación para el trabajo, generar programas temporales de empleo público, fomentar subsidios a la planilla de las empresas y apoyar el autoempleo y a las microempresas para consolidar su formalización.
2) Fomentar la inversión pública y privada
De acuerdo con las conclusiones del documento “CADEx: Reactivación económica en marcha” de IPAE (2020), la reactivación no es posible sin inversión y gasto privado, que representan aproximadamente entre el 20% y el 60% del PBI, respectivamente. Ante la coyuntura y las restricciones, muchos inversionistas han dudado sobre si es buena idea arriesgar su dinero en nuevos proyectos.
Es importante reactivar la inversión privada con una regulación clara y con menor incertidumbre política. Asimismo, IPAE resalta que se debe promover la competencia justa, mejorar la regulación del Estado y, sobre todo, reducir la gran desconfianza que han dejado los casos de corrupción. ¿En qué sectores fijar la inversión? De acuerdo con el análisis “Propuestas del Bicentenario: Reactivación Económica” de Videnza Consultores (2021), los pilares de la reactivación económica incluyen inversión en sectores como infraestructura y minería, así como en vivienda y construcción.
En cuanto a la inversión pública, se debe agilizar la ejecución de los presupuestos asignados. Videnza Consultores indica que, en los últimos años, la capacidad de ejecución de la inversión pública se ha estancado. En plena crisis, se debe tener un mayor compromiso de parte del Gobierno, tanto en cuanto a cumplimiento de plazos como en seguimiento a los proyectos.
3) Activar la demanda y apoyar a las empresas
El Gobierno ha reabierto progresivamente las actividades comerciales en el país, dando un paso hacia la reactivación económica, pero también teniendo en cuenta las condiciones epidemiológicas y la situación de la Covid-19. La demanda (pública y privada) es crucial para que las empresas vuelvan al ruedo y se genere empleo para más peruanos y peruanas.
La actividad privada ha sido una de las más afectadas con la pandemia, en ese sentido, han sido importantes programas como Reactiva Perú, que se dan con el soporte del Banco Central de Reserva (BCR) y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y que en sus dos fases ha colocado fondos por S/60 000 millones.
Tal como señala el informe “Inyección de emergencia” de 2020 de El Comercio-IPE, el monto para mypes de Reactiva Perú fue de S/4 529 millones, equivalente al 98% de las ventas mensuales. Además, las grandes empresas, que obtuvieron aproximadamente la mitad de los recursos de Reactiva Perú, generan el 55,6% del empleo formal en el país.
4) Promover la inclusión financiera
Según la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2018, el 12% de la población adulta (2.6 millones de personas) todavía guarda sus ahorros fuera del sistema financiero y más del 50% de la población no tiene ningún producto bancario, esto último por tres razones principales: no tienen ingresos suficientes, falta de necesidad o interés y desconfianza en el sistema financiero, respectivamente.
La inclusión financiera viene de la mano con la formalización. Miles de peruanos y peruanas han quedado en una mala situación económica por la pandemia, sin empleo y con deudas, por lo que es vital que estén dentro del sistema formal para que accedan con mayor facilidad y seguridad a créditos, así como a las ayudas otorgadas por el Gobierno. Según el Banco Mundial, algunos obstáculos hacia la inclusión financiera comprenden aumentar los conocimientos financieros de los ciudadanos, garantizar que los servicios financieros lleguen a las poblaciones difíciles de alcanzar e idear productos financieros útiles y pertinentes.
5) Prepararnos laboralmente para la “nueva normalidad”
La pandemia ha cambiado no solo nuestra forma de vivir, sino también de trabajar. El impulso del trabajo remoto en algunos casos y la demanda de aplicaciones digitales son solo algunos ejemplos de cómo ha cambiado nuestro día a día laboral, sin contar todas las medidas de bioseguridad que ahora se deben tomar en cuenta como respetar la distancia mínima, lavarse las manos, usar mascarilla y desinfectar espacios.
Una nueva realidad necesita nuevas herramientas. Las empresas y gobiernos deben invertir en capacitar a sus colaboradores y a la población para que estén preparados para los nuevos desafíos. Los siguientes años serán necesarias no solo habilidades blandas, sino también tecnológicas. La transformación laboral ya empezó y requiere de un compromiso global.
La reactivación económica es uno de los ejes pendientes de cara al Bicentenario. Solo con empleos formales y propuestas estructuradas podremos lograr que la economía del país crezca sostenidamente.
“Integración al Bicentenario: Construyamos un país mejor”, es organizado por RPP con el apoyo de Enel y Movistar.
Comparte esta noticia