Los problemas de salud relacionados con la nutrición pueden ser perjudiciales para toda la vida. Por ello, es importante alimentar a los niños y niñas siguiendo una dieta nutritiva que favorecerá su crecimiento y desarrollo.
Según UNICEF, los datos científicos han confirmado que el cerebro de un niño no nace tal y como es, sino que se va desarrollando a lo largo de la vida. De esta manera, todo lo que les proporcionemos durante la infancia tiene repercusión en su futuro y el de nuestra sociedad.
En los primeros años de vida, el cerebro crece con mucha rapidez y las conexiones neuronales se producen a una gran velocidad, algo que no vuelve a repetirse y que determinará el desarrollo cognitivo, social y emocional del niño, influyendo en su capacidad para aprender, resolver problemas y relacionarse con los demás. En este sentido, para un buen desarrollo infantil debemos garantizar una nutrición adecuada, protección y estimulación positiva.
Sin embargo, la pandemia ha afectado la salud y la economía de muchas familias, y los más pequeños se han visto expuestos a la falta de alimentos nutritivos, servicios de salud, desprotección, estrés agudo y carencia de estimulación positiva por parte de los adultos; factores que comprometen el desarrollo óptimo de su cerebro y sus oportunidades de aprender.
Una nutrición adecuada en tiempos de COVID-19
Cuando hablamos de una nutrición adecuada nos referimos a una dieta que cubra las necesidades de nutrientes para un crecimiento y desarrollo óptimos, incluyendo la lactancia materna exclusiva de 0 a 6 meses de edad, una dieta variada y una alimentación frecuente.
Por el contrario, la falta de alimentos nutritivos puede causar enfermedades e impedir el crecimiento del niño, además de retrasos cognitivos que afectan su capacidad para aprender e incluso ganarse la vida más adelante. De igual forma, estas deficiencias nutricionales en las primeras etapas de vida pueden aumentar el riesgo de infección, debilitar el sistema inmunitario y reducir la capacidad del niño para recuperarse de una enfermedad.
Por su lado, aquí les brindamos cinco consejos de UNICEF y que contribuirán a establecer hábitos de alimentación saludables durante la pandemia.
1. Consume frutas y verduras
Comprar, almacenar y cocinar verdura fresca puede ser difícil durante un aislamiento, especialmente cuando se recomienda limitar las salidas del hogar. Sin embargo, en la medida de lo posible, es importante asegurarse de que la dieta de los niños incluya una cantidad suficiente de frutas y verduras.
Siempre que tengas la oportunidad de conseguir productos frescos, hazlo. La fruta y la verdura, además de poder tomarse fresca, también puede congelarse, y conserva gran parte de su sabor y sus nutrientes.
2. Si no encuentras productos frescos, sustitúyelos por alternativas saludables en conserva
Los productos frescos son, casi siempre, la mejor opción, pero cuando no están disponibles hay muchas alternativas saludables que puedes almacenar y preparar fácilmente. Por ejemplo, las menestras aportan abundantes nutrientes, pueden almacenarse durante mucho y puedes incluirlos en tus platos de diversas formas.
Además, productos como las conservas de pescado son ricos en proteínas, ácidos grasos omega 3 y una variedad de vitaminas y minerales. Puedes utilizarlos en frío, como, por ejemplo, en sándwiches, ensaladas o platos de pasta, o también añadirlos a platos calientes.
3. Mantén reservas de aperitivos saludables
Los niños suelen necesitar uno o dos refrigerios a lo largo del día para mantenerse activos. En lugar de darles dulces o aperitivos salados, opta por opciones más saludables como frutos secos, queso, yogur (preferiblemente, sin azúcar), fruta troceada o deshidratada, huevos cocidos u otras opciones saludables disponibles. Estos alimentos son nutritivos, sacian más y contribuyen a crear hábitos saludables para toda la vida.
4. Limita los alimentos muy procesados
Aunque no siempre será posible utilizar productos frescos, intenta limitar la cantidad de alimentos muy procesados en tu cesta de la compra. Los platos preparados y los postres y refrigerios envasados suelen tener un alto contenido de grasas saturadas, azúcares y sal. Además, trata de evitar las bebidas azucaradas y, en su lugar, beban agua abundante.
5. Haz que cocinar y comer formen una parte importante y divertida de la rutina familiar
Cocinar y comer todos juntos es una forma excelente de crear rutinas saludables, fortalecer los lazos familiares y divertirse. Siempre que sea posible, invita a tus hijos a participar en la preparación de la comida: los más pequeños pueden ayudar a lavar o a organizar los alimentos, mientras que los mayores pueden asumir tareas más complejas y ayudar a poner la mesa.
En la medida de lo posible, intenta ceñirte a horarios fijos para comer en familia. Este tipo de estructuras y rutinas pueden contribuir a reducir la ansiedad de los niños en estas situaciones de estrés.
Datos para prevenir la anemia
Para el Ministerio de Salud, en el caso de los bebés, durante los primeros seis meses deben ser alimentados exclusivamente con leche materna; a partir del sexto mes deben recibir alimentación complementaria en forma de papillas que incluya los alimentos de origen animal ricos en hierro. Además, los niños entre los 6 a 12 meses deben evitar consumir sopas, mates o jugos porque solo los llenan, sin aportar la cantidad y calidad de nutrientes adecuados.
Para niños y niñas más grandes, es importante que para evitar la anemia durante la pandemia consuman alimentos de origen animal ricos en hierro como carnes, vísceras (sangrecita, hígado y bofe) y pescados. También alimentos de origen vegetal como las menestras: frijoles, lentejas, habas secas; y en hojas de color verde oscuro: espinaca, acelga y col, que deben ser consumidos junto con alimentos fuente de vitamina C (como el limón y la naranja) para favorecer la absorción de este mineral.
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