Próxima Centauri se encuentra a 4,22 años luz de nuestro planeta y es categorizada como una enana roja. Un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Chile niega que exitan exoplanetas cercanos a ella.
(Agencia N+1 / Víctor Román) El telescopio infrarrojo espacial Spitzer no pudo detectar el paso de exoplanetas orbitando la estrella más cercana a nosotros, Proxima Centauri. Anteriormente, varios equipos de científicos que utilizaban otros instrumentos espaciales y terrestres afirmaban haber observado un planeta. El estudio fue publicado en arXiv.org.
Después del Sol, Proxima Centauri es la estrella más cercana a la Tierra, se encuentra a una distancia de 1.3 parsec. Junto con dos compañeros, forma el sistema triple Alpha Centauri. Proxima es una enana roja 8 veces más pequeña en masa que el Sol y con una luminosidad de casi 600 veces menor. La temperatura en la superficie también es mucho más baja y es de aproximadamente 3000 kelvins. Por eso, Proxima brilla bastante débilmente y no se puede ver a simple vista.
Presencia de exoplanetas
En 2016, se detectó la posible presencia de exoplanetas alrededor de esta estrella. Esta conclusión se hizo sobre la base de observaciones por el método de velocidad radial, que consiste en la búsqueda de cambios periódicos en la velocidad de la estrella a lo largo de la línea de visión. Las observaciones se llevaron a cabo en grandes telescopios terrestres en los observatorios Paranal y La Silla. Este método permite estimar solo algunos parámetros del cuerpo circulante, como la masa y el período orbital. Otros, en particular, el ángulo entre el plano de la órbita y la línea de visión, pueden determinarse con poca precisión.
El exoplaneta, llamado Proxima Centauri b, es potencialmente un objeto excepcionalmente interesante para la astronomía, ya que no solo es el cuerpo similar más cercano a nosotros, sino que, según estimaciones de algunos parámetros, corresponde aproximadamente a la Tierra. Por ejemplo, según la luminosidad de una estrella, el planeta debe estar en la zona habitable, es decir, la zona en la que la temperatura es lo suficientemente amable como para que exista agua líquida en su superficie.
Sin embargo, las capacidades del método de velocidad radial no son suficientes para estudiar detalladamente un exoplaneta. La mejor opción es la orientación de la órbita plana, cuando el planeta eclipsa periódicamente a la estrella madre, como se puede ver a partir de pequeños cambios en el flujo de iluminación. En este caso, puede estimar directamente el radio del cuerpo y, por lo tanto, la densidad media, y en un futuro próximo utilizando las herramientas de la próxima generación también la composición de la atmósfera.
Desde la publicación de los primeros datos sobre el exoplaneta, varios grupos de científicos han reportado varias veces observaciones de cambios de brillo similares a los que originaría el tránsito de un cuerpo, pero no han recibido confirmación independiente.
La nueva observación
Ahora un equipo de astrofísicos, liderados por James Jenkins de la Universidad de Chile, realizó observaciones a largo plazo utilizando el telescopio infrarrojo espacial Spitzer. Esta herramienta es muy adecuada para observar Proxima Centauri, ya que en el rango óptico, esta estrella tiene una alta actividad de destello, que produce saltos de brillo en el nivel de tránsito esperado del 0,5% varias veces al día, lo cual dificulta mucho más el análisis de datos. Al mismo tiempo, a grandes longitudes de onda, las llamaradas parecen mucho más débiles y la luminosidad de la estrella es mucho más constante.
Las nuevas observaciones, que duraron aproximadamente 48 horas en total, resultaron ser incompatibles con la presencia de exoplanetas: con una precisión estándar de 3σ (que corresponde a un error con una probabilidad del 0.27 por ciento), Proxima Centauri no se ve eclipsada por un planeta con un radio de más de 0.4 Tierra.
Los autores también utilizaron nuevos datos de telescopios terrestres para buscar exoplanetas más pequeños en órbitas aún más cercanas. No se encontraron tales objetos cuando se midió la velocidad radial de la estrella a 0,5 metros por segundo, una fluctuación de este tipo sería creada por un planeta dos veces más ligero que la Tierra. El procesamiento de estos datos también permitió clarificar el período de Proxima Centauri b, el cual resultó ser de 11.1855 días.
Nuestro sistema solar vecino es objeto de estudio para muchos astrónomos. Anteriormente, se informó el hallazgo de una enérgica explosión de radiación en Proxima Centauri.
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