La nave de carga Progress 82 ha empezado a perder refrigerante en el espacio, tal como sucedió con la nave Soyuz MS-22 acoplada a la ISS en diciembre.
Una nueva nave espacial rusa acoplada a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) ha sufrido una fuga de refrigerantes.
Roscosmos, agencia espacial rusa, anunció este problema este fin de semana, señalando que la nave de carga Progress 82 sufrió una despresurización debido al suceso.
Destinada a morir
Progress 82 llegó a la Estación Espacial Internacional el 28 de octubre.
“Se está investigando el motivo de la pérdida de refrigerante en la nave espacial Progress 82”, anunció la NASA. “Las escotillas entre Progress 82 y la estación están abiertas, y las temperaturas y presiones a bordo de la estación son normales. La tripulación, que fue informada de la fuga del circuito de enfriamiento, no está en peligro y continúa con las operaciones normales de la estación espacial”.
Antes del anuncio del sábado, estaba previsto que la nave espacial abandonara la estación el 17 de febrero. No está claro si Roscosmos seguirá con este plan.
La nave espacial Progress de Rusia está diseñada para quemarse en la atmósfera terrestre después de completar sus misiones de reabastecimiento, lo que significa que la agencia no tiene forma de investigar la fuga en el suelo.
Una fuga más
En diciembre, la nave espacial rusa Soyuz MS-22 comenzó a perder refrigerante justo cuando los cosmonautas Dmitri Petelin y Sergey Prokopyev se preparaban para una caminata espacial de casi siete horas.
Roscosmos luego culpó del incidente a un aparente impacto de meteorito. A menos que haya una emergencia en la ISS, Roscosmos ha considerado que la nave espacial no es apta para transportar humanos.
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