Investigadores mexicanos buscan evitar la infección por variantes más contagiosas de la COVID-19.
El Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México ha presentado una mascarilla nasal diseñada especialmente para comer, beber y usar en consultas odontológicas.
El invento, ya patentado, ayudará a reducir el riesgo de infección de la COVID-19, mayormente vía aérea, en este tipo de actividades.
“De esa forma, se podrá contar con mayor protección, sobre todo cuando es difícil mantener sana distancia (en restaurantes, vuelos de larga duración o citas odontológicas)”, explicó el científico Gustavo Acosta Altamirano, científico de la Escuela Superior de Medicina (ESM) de México.
La ciencia detrás
La mascarilla, llamada Mask Eating, fue diseñada tomando en cuenta los aerosoles (menores a 5 micras) que transmiten la COVID-19.
Mask Eating también puede colocarse bajo otra mascarilla, indicaron sus creadores.
El grupo de investigación está en conversaciones para fabricar su novedosa mascarilla de manera masiva.
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