En la reciente encuesta publicada por IEP, se pudo observar que la izquierda incluyendo a Verónika Mendoza (9.1%), Ollanta Humala (2.9%), Pedro Castillo (0.8%), Marco Arana (0.8%) y otros como Ciro Gálvez, José Vega, Andrés Alcántara (0.5%) alcanza 14.1% de intención de voto. No hemos incluido a Lescano, que también tiene un porcentaje de electores que podrían considerarse del espacio político de izquierda. Creemos que la suma de estas candidaturas obtendrá algunos puntos más. Un elector de izquierda elige en gran medida entre estos candidatos: si una candidatura se deslegitima, cambiará muy probablemente a otra del mismo espacio político.
Mientras que en procesos electorales pasados como del 2006 y 2011, la izquierda obtuvo alrededor de 30 por ciento del voto válido con los liderazgos de Ollanta Humala, en el 2016, sumando Gregorio Santos y Verónika Mendoza, lograban alcanzar 22 puntos. Esto nos señala la existencia de un espacio político izquierdista significativo, aunque puede oscilar y aumentar dependiendo de los atributos políticos y programáticos del candidato. Es un espacio político que corresponde a un sector del electorado que rechaza el actual modelo económico y que vota de manera consistente por propuestas políticas que busca un mayor Estado. En la última encuesta de IEP, 30% (10 puntos más que en el 2019) se define en algún espacio de la izquierda. También se podría incluir aquí al Frente Popular Agrícola del Perú (FREPAP), con cierto bloque de votantes, de características similares al votante de izquierda en lo económico, y con decisiones de votación congresal similares a posiciones de izquierda. El FREPAP afectaría, sin embargo, la votación del Congreso, si es que finalmente no presentan una opción presidencial.
La izquierda llega nuevamente fragmentada a estas elecciones. La candidatura de Verónika Mendoza destaca en especial por la crisis de los líderes de las otras opciones: Unión Por el Perú no podrá contar con Antauro Humala como candidato (que en encuestas de hace algunos meses era el candidato de izquierda más popular sin lista cerrada), Ollanta Humala, el candidato con más rechazo del espectro político (73% definitivamente no votaría por él según IPSOS), Renacimiento Unido no contará con Richard Arce y el candidato será Ciro Gálvez, un líder poco conocido en el electorado; Frente Amplio liderado por Marco Arana, candidato que contó con baja aceptación en las recientes elecciones internas, evidenciando los problemas internos partidarios; y Perú Libre, con Pedro Castillo, un líder magisterial poco conocido.
Como se puede ver en la siguiente gráfica, en el eje X, se ubican aquellas encuestas realizadas meses previos a las elecciones generales desde el 2006 al 2020, organizadas de manera cronológica; mientras que el eje Y, se describe al porcentaje de electores que votarían por un partido de izquierda.
En la gráfica se muestra un avance en la intención de voto elector de izquierda, que escoge su opción política en la recta final del proceso electoral (E-2 y E-1).
Por ello, es importante resaltar que a pesar de la división de la oferta electoral de la izquierda, y que varias de las opciones políticas no cuentan actualmente con mayor aceptación en las cifras de intención de voto, existe una tendencia que se repite en cada una de las elecciones desde el 2006: el electorado de izquierda define su voto en las semanas finales de la contienda electoral. Es esperable que este sector cuente con una votación agregada de sus diversas fuerzas de entre 20% y 25% por lo menos. Dada la fragmentación de los otros espacios políticos, es muy probable que no se necesite un electorado muy significativo para alcanzar la segunda vuelta. La incertidumbre en el caso de la llegada de una alternativa de izquierda a la segunda vuelta es si este espacio político logra concentrarse en una sola candidatura (como en el 2006 y 2011 alrededor de Ollanta Humala) o si la aceptación de partidos menores deja fuera al líder del espacio (como Santos con Mendoza, en el 2016).
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