El presente Congreso ha sido el protagonista de un amplio número de titulares, en especial en torno a sus propuestas, las cuales han sido tachadas como ‘populistas’ e ‘irresponsables’ por líderes de opinión en el campo económico. Sin embargo, vale preguntar el ‘porqué’ de dichas propuestas. ¿Qué ha motivado a los legisladores a presentar tales proyectos, cuyo sustento técnico y constitucionalidad son cuestionables?
Aunque no descartamos que puedan existir otras motivaciones (rentistas, morales, ideológicas, de convicción, etc.), uno de los incentivos que podría justificar este desempeño parlamentario obedece a la lógica de la capitalización política. Es decir, los parlamentarios buscan producir legislación popular ante la opinión pública, para acumular cierto grado de capital político, (traducido en popularidad para los líderes o el partido político), y transferirlo a capital electoral en las elecciones futuras. Sin embargo, hemos encontrado evidencia de que la población no está reconociendo (o inclusive recordando) a los líderes de estas iniciativas como sus autores o impulsores, ni a sus partidos políticos.
Un ejemplo muy claro de esto se da al examinar el caso de Daniel Urresti, la bancada de Podemos Perú y la devolución de los fondos de las AFP. Como es de conocimiento público, el candidato presidencial del partido de José Luna fue un entusiasta vocero del proyecto de ley para devolverle a los afiliados un monto equivalente al 25% de sus fondos en las AFP. Pese a tener una amplia cobertura mediática y en redes sociales por dicha propuesta, apenas 14% de los encuestados por Datum en octubre del 2020 recordaba dicha ‘liberación’ de los aportes como una ley ‘positiva’ (es decir, el 46% del 30% que podía recordar alguna), y solamente el 3% de los encuestados relacionaba la medida con Urresti y su bancada (es decir, 21% del 14% que podía recordar la ley del retiro de las AFP/ONP como una iniciativa positiva), casi la misma cantidad de personas que consideraba que el FREPAP era el que la había impulsado.
Cuando se preguntó a las personas (Datum, febrero 2021) cuál fue la bancada que impulsó la propuesta de la devolución de los aportes de la ONP (otra de las iniciativas en las que Podemos Perú tuvo liderazgo), apenas el 11% era capaz de identificar a la bancada de Urresti. Y dentro de aquel porcentaje de encuestados, solamente un 11% se inclinaba a votar por Urresti en los comicios del mes de abril. Es decir, en el “mejor” de los casos, el capital político ganado por Podemos Perú gracias a la medida representaba apenas el 1.25% % del electorado total.
Similar situación pudimos observar con respecto a Alianza para el Progreso con la Reforma del Sistema de Pensiones. Apenas un 4.7% podía identificar a APP con esta propuesta, y un 7% de ellos (es decir, un 0.3% del total) mostraba intención de voto por Acuña.
La capacidad de los parlamentarios para capitalizar políticamente de su actividad legislativa sufre una barrera muy importante en el Perú: la población vive con un alto grado de desconexión a la política. Un claro ejemplo de esto se puede apreciar cuando se toma el -probablemente- mayor evento político del 2020: la vacancia de Vizcarra y el nombramiento de Manuel Merino como presidente de la República en noviembre del 2020. Pese a que un 94% de los encuestados de Ipsos en aquel mes estaba en contra de dicho nombramiento y a la enorme cobertura mediática del evento, un mes después de lo sucedido solamente un 36% podía identificar que Merino formaba parte de la bancada de Acción Popular. La mayoría de las personas no lo recordaba o nunca lo supo. No sorprende entonces que durante el presente proceso electoral, sólo un 14% de los encuestados (Datum, febrero 2021) podía identificar que Manuel Merino y Yonhy Lescano forman parte del mismo partido.
Considerando estas cifras, es posible concluir que si la capitalización política era el principal incentivo de las bancadas para estas iniciativas, su estrategia no ha sido exitosa. Entre las críticas desde voces calificadas en los medios de comunicación y la desconexión política de gran parte del electorado, es posible que los costos políticos hayan superado los beneficios políticos obtenidos. Sin embargo, también vale destacar que esta desconexión política ha obrado de forma positiva para tales grupos parlamentarios, cosa que se pudo observar con la vacancia de Martín Vizcarra y la falta de repercusión que ha tenido en el desempeño electoral de ciertas agrupaciones, como Acción Popular.
Comparte esta noticia